Alessandro Baricco. Foto: Anna La Naia.

Alessandro Baricco. Foto: Anna La Naia.

Novela

'Abel', de Alessandro Baricco: un wéstern filosófico sobre el sentido de la vida

El autor italiano ha escrito un libro reflexivo y profundo, que bebe de la filosofía de Platón, Aristóteles, Spinoza, Hume o Voltaire. 

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Bajo la piel y la forma de una peripecia de wéstern ha escrito Alessandro Baricco (Turín, 1958) un libro reflexivo y profundo donde, a partir de la figura de un pistolero-sheriff, Abel Crow, y su áspero y lejano entorno de criadores de caballos y parajes desolados, ahonda en la perpetua búsqueda humana del sentido de nuestras existencias.

Abel

Alessandro Baricco

Traducción de Xavier González. Anagrama, 2025. 176 páginas. 18,90 €

Con el bello y emocionante aire inicial de una gran fábula/epopeya, el libro consta de veintisiete capítulos breves en los que desgrana escenas de la vida dura de su protagonista y su padre, madre y cinco hermanos, así como su pasión por una sincera e inteligente mujer con mezcla Dakota, Hallelujah Wood.

Pronto nos damos cuenta de que la mera acción, los tiroteos, las idas y venidas de estos hombres esforzados, la lucha con las tribus indias o con los atracadores de bancos (magistral descripción del atraco donde Abel pasa a ser para la posteridad pistolero/sheriff de leyenda), no son, sin embargo, el único asunto de esta obra, pues se trata también, y quizá sobre todo, de la propuesta de un Oeste imaginario, de páramos fantasmales e irreales, de límites difusos y soledad extrema, donde al lector se le apela filosóficamente sobre el misterio de vivir, de la mano de las enseñanzas de pensadores como Platón, Aristóteles, Spinoza, Hume o Voltaire, pues todos somos en el fondo seres desorientados que estamos en la lucha, sobreviviendo casi por azar, saltando en el tablero de casilla en casilla como “marionetas de la nada” con nuestras metas parciales y proyectos absurdos de conquistar o acotar espacios que casi siempre y desde siempre nos superan.

“Giro mi caballo […] pero ya no hay un delante y un detrás, los pierdo de inmediato al girar sobre mí mismo. Toda dirección es una dirección cualquiera”. Como bien advierte a los hijos el padre de familia mientras apunta con su rifle Sharps desde lo alto de su silla de montar, siempre quedará “lo Intacto”, lo misterioso e inabarcable, el origen desconocido que se nos resiste por mucho que lo busquemos o intentemos desentrañarlo. Quizá hasta “ya hemos estado donde nunca hemos estado, y de hecho, para ser sinceros, venimos de allí”.

Así descubre el sheriff protagonista, de la mano del filósofo David Hume, que ni siquiera podemos tener certeza de la sucesión causa-efecto, pues las cosas a menudo simplemente ocurren y, si te paras a pensarlo en mitad de un salón del Oeste, tal vez incluso seas tú el primero en recibir el balazo.

Este libro reflexivo y poético ahonda en la perpetua búsqueda humana del sentido de nuestras vidas

La bruja visionaria que en un capítulo conversa con el juez Macauley le hace ver hasta qué punto uno puede pasar por la vida sin vivirla de verdad, siendo “el lecho seco de un río” pero pensando que la ha vivido intensamente. Por ello le aconseja: “No te preguntes si hay un antes y un después, porque sólo hay un ahora. Por eso es imposible tener miedo, porque todo ha sucedido ya y no terminará nunca”.

No pierde Baricco el tono a lo largo de esta novela, que alcanza cotas muy altas de tragedia y de belleza en capítulos como el penúltimo, el intento desesperado de liberación de la madre en el poblado de Yuba.

Quizás este libro reflexivo y poético, esta original indagación sobre el sentido de nuestras existencias pasajeras entre duelos al sol, sea una llamada a que el tránsito por este mundo nos conduzca al menos a alcanzar una cierta serenidad, un modo relativamente sabio y despreocupado de estar en el mundo, como el de ese jinete joven que se describe en un pasaje, avanzando sin inquietud por los desfiladeros con un gesto de riendas relajadas, bajo la violencia de la lluvia, pero habiendo aprendido a no sentirla demasiado.