David Mamet. Foto: Masterclass

Traducción de Efrén del Valle Peñamil. RBA. Barcelona, 2018. 320 páginas. 18,99 €. Ebook: 9,99 €

Después de veinte años, David Mamet (1947) regresa a la novela con Chicago, ambientada en la ciudad que lo vio nacer, donde empezó su exitosa carrera como dramaturgo, donde luego situó el guion de Los intocables de Eliot Ness (Brian de Palma, 1987), una película neo-clásica poco o nada académica en la que se reescribían algunas de las gramáticas del género. Por lo demás, el ganador del Pulitzer por Glengarry Glen Ross es un extraordinario ensayista que ha escrito y destilado sus ideas sobre el significado del drama en sintonía orgánica con la vida para aplicarlas a sus obras, sean películas, ensayos, piezas teatrales o novelas. "Habitamos un mundo extraordinariamente depravado, interesante y salvaje donde las cosas no son en absoluto equitativas, y el propósito del auténtico drama es ayudar a que no lo olvidemos", escribe en el ensayo Los tres usos del cuchillo, pero que bien podría ser uno de los diálogos de esta novela.



'Chicago' se cuece a fuego lento. Mamet conjuga extraordinariamente fondo y tensión dramática para indagar en lo que importa: la condición humana

Mamet plantea un mundo corrompido, demoledor y cínico, ese Chicago de los años veinte del siglo pasado con gánsteres italianos e irlandeses repartiéndose la ciudad, mientras las instituciones y las autoridades se embarran en lo infecto del funcionamiento del mundo, en el que las personas apenas encuentran otra cosa que la voluntad para combatirlo. Y en ese mundo hallamos al héroe que Mamet pone en liza, Mike Hodge, un periodista del Chicago Tribune, que trabaja junto a su compañero Clement Parlow en lo que denominan "Rincón de los Ataúdes de la sección local". Hodge seguirá la pista de varios asesinatos, en prostíbulos como el Ace of Spades (regentado por la fascinante Peekaboo, una afroamericana consciente de cómo se mueve el mundo por poder, sexo y dinero) y otras oscuridades del lumpen a pesar de que le advierten de que no haga demasiadas preguntas. Pero como Hodge opina: "Su trabajo era desvelar y contar la verdad sobre unos actos que alguien estaba muy interesado en ocultar". Más después de que asesinen a Annie, una católica irlandesa con la que tenía una relación clandestina. De Mike se apodera una mezcla de culpa desaforada, tristeza, venganza y ansiedad por descubrir por qué a él lo dejan con vida mientras a Annie la asesinan. Así, como Mike Dolan, el periodista de Los sudarios no tienen bolsillos de Horace McCoy, Hodge decide enfrentarse a ese mundo corrupto de asesinos y falsedades.



Chicago se cuece a fuego lento. Para ello, Mamet conjuga extraordinariamente fondo y tensión dramática mediante unos diálogos efectivos que generan la ilusión de lo real y la composición de un personaje complejo como Hodge. Un personaje lleno de dudas e imperfecciones, que debe superar una situación durísima, pero que al mismo tiempo le otorga humanidad en la reflexión sobre lo intrincado que puebla el alma de cualquier ser humano. "Los pensamientos eran tristeza, o culpabilidad, o la impenetrable mezcla de ambas cosas, porque ignoraba cómo sobreponerse a aquel estado", piensa Hodge.



En Mamet los ecos de Shakespeare y la tragedia griega están siempre presentes, filtrados desde la ilusión de nuestro tiempo, pues al autor de Casa de juegos lo que de verdad le importa es indagar en la condición humana. Frente a una tendencia actual del thriller espectacular en el que predomina el desasosiego de la trama, en las obras de Mamet se profundiza en el desasosiego del espíritu humano. Y lo hace definiendo a los personajes desde los diálogos. Quien quiera entrar en la novela de este autor incómodo no se sentirá defraudado. Desde hace tiempo el de Illinois tiene una inconfundible voz genuina, que perturba y ajusta cuentas contra lo políticamente correcto, además de crear ficciones profundas y notables que nos permiten "enfrentarnos a nuestra naturaleza, a nuestras acciones y a nuestras mentiras. Pues el tema del drama es la mentira".



@M_A_OESTE