Traducción de Victoria León. Renacimiento, 2011. 433 p

Más de veinte años ha tardado esta biografía de Blanco White (Sevilla, 1775 - Liverpool, 1841) en ser traducida al español, lo que no deja de deparar una curiosa coincidencia, puesto que esta templada reivindicación de la figura del gran "heterodoxo" sevillano viene a sobreponerse a los preparativos del bicentenario de la Constitución que promulgaron las Cortes de Cádiz en 1812. Blanco fue uno de los más firmes críticos de la misma, y no desde el campo "servil" o conservador, lo que hace presagiar, en fin, que quizá tampoco sea éste el momento oportuno para devolver a la actualidad la presencia de este gran escritor.



Residente en Inglaterra desde 1810 hasta su muerte, Blanco dividió su tiempo entre una difícil mimetización con el medio inglés, que culminó con éxito y reconocimiento, y un iduradero interés por los asuntos hispánicos, que se tradujo, entre otras cosas, en su labor al frente de los periódicos El Español y Variedades, ambos editados en Inglaterra pero dirigidos al lector hispano. Fue su trayectoria al frente del primero la que terminó de desengañar a sus potenciales lectores respecto a lo que podían esperar de un espíritu tan poco predispuesto a halagarlos. Desde este periódico, Blanco mostró su comprensión de las ansias americanas de independencia y criticó a la camarilla liberal, no sólo por su ceguera ante esta cuestión, sino también porque Blanco no simpatizaba con el carácter doctrinario y "utópico" del programa liberal gaditano, según éste fue plasmándose en la naciente Constitución, en la que, para colmo de males, ni siquiera se consagraba el principio de libertad religiosa…



Blanco detectó pronto las incoherencias del núcleo liberal, y también su intolerancia ante cualquier posible disidencia. A la luz de los datos que aporta esta primera biografía completa del autor sevillano, la vigencia de éste no reside en su problemática adscripción a uno u otro campo, sino en su inquietud permanente y en su voluntad de no renunciar jamás al espíritu crítico. Su propia trayectoria británica confirma esta actitud: si bien contó con múltiples oportunidades de acomodarse a la sociedad inglesa, y de disfrutar en ella de las ventajas de una posición prominente en el campo editorial, literario, eclesiástico y académico, la predisposición casi orgánica de Blanco al inconformismo le hizo ir quemando todas y cada una de estas naves, siempre para dar un nuevo paso adelante en busca de una verdad escurridiza, que él identificaba con un ideal cristiano despojado de innecesarias adherencias dogmáticas, y finalmente creyó encontrar en el protestantismo disidente de la secta llamada "unitaria", donde tampoco su acomodo fue sencillo…



El autor de Letters from Spain, su más aclamada obra literaria, sigue siendo, pues, una figura de difícil asimilación a los esquemas reduccionistas por los que todavía se rige buena parte de la vida cultural e intelectual españolas. Esta biografía ayuda a entenderlo mejor. Que su ejemplo cunda depende de otros factores.