Alejandro Céspedes

La literatura ha roto el libro. Los procesos humanos por excelencia -la creación y la comunicación- son codependientes, se alían contra la inercia. La naturaleza nos ancla al fondo. El arte abre vías. Summa artis, la poesía nos salva de nuestro ADN. Topología de una página en blanco trata de todo esto. Cómo creamos, cómo sustanciamos lo que creamos en otras mentes humanas, individuales o colectivas. El in principium creavit Deus de Alejandro Céspedes es la página en blanco. Papel o LCD, es el lugar donde ocurre la mente: donde ocurre todo. Quien busque lírica que lea a Machado: Céspedes es un hombre con visión, un teórico. Un poeta de verdad.



Su reflexión sobre la poesía remite a ese momento de la historia en que la filosofía se convirtió ella misma en poesía. Con Foucault, el poeta alberga la sospecha -la esperanza- de que el lenguaje es fractura, muro, aislamiento, y que es necesario. La falla es la naturaleza de la ficción: "escribir es elegir/ pero deja de ser interesante cuando la palabra/ no funciona como unidad de construcción estable". Las palabras no describen las cosas: las producen. Y su estructura es tan arbitraria como las leyes del lenguaje: "fragmentos/ dentro de otros fragmentos/ construyen una realidad descuartizada". La lengua que hablamos determina el mundo que vemos. Escribir es una secuencia de elecciones: vivir, también.



"Un animal con doble dentadura está intentando/ besar mientras desgarra/ trozos de ser humano". Lo roto está dentro, como el enemigo. Céspedes inventa la cartografía de la tabula rasa, pero no sólo: también habla de la "topología del lenguaje". El mapa de la poesía será el mapa de lo humano. La memoria también está paginada. Nuestro subconsciente más profundo piensa cuando nosotros dejamos de pensar. No para. Y lo que piensa, lo piensa en verso, probablemente. Los dos polos del mundo -el escritor y el lector- están unidos por él, pero la cuerda se deshilacha. (Esas cuerdas existen, forman parte de las páginas de este libro, recorren sus márgenes.)



Contra el sistema poético tradicional, el poeta no tiene todas las respuestas, ni siquiera alguna. Plantea preguntas, impone un criterio: "en la obsesión humana por las categorías ordenamos/ creamos microcosmos". Ajeno al egocentrismo del creador, Céspedes se abre a nosotros, los eternos secundarios, los lectores. Nos analiza, nos interpela. No somos nosotros quienes nos identificamos con el poeta, es él quien se une a sus lectores en una misma perplejidad: "¿no eres tú también un artificio un disfraz/ una desfiguración de las posibilidades del lenguaje?/ la última de las posibilidades del lenguaje". Derrida decía que no hay nada fuera del texto. Para comprenderlo, debemos volvernos texto, habitar en él. Es un universo peculiar, donde los poemas se abisman en la página como agujeros negros, versos incompletos se pierden por el margen derecho, se esparcen como hojas a lo largo de las hojas. Nuestra mente debe adoptar la forma del texto: ser poesía. Topología: matemática, geometría. Espacios imaginarios capaces de encerrar lo humano sin deshumanizarlo. Un discurso torrencial que evoca el flujo de nuestra conciencia, veloz e inasequible a la lógica. "El lector se convirtió en el libro", Wallace Stevens dixit.



Experimental y visualmente impactante, Topología de una página en blanco se publica en el único formato posible a estas alturas de siglo: online. Para leer a Lady Topología, sólo necesitamos hacer click y leer. No hay editores. No hay intermediarios. Sin intrusos. Ésta es la primera poesía no impresa que leo para vosotros, para ustedes. Poeta consagrado, canon indiscutible, Alejandro Céspedes aporta al arte más que talento: le da un porvenir. Pinchemos en el link. Leamos lo bueno. Vamos al rescate del futuro.