Pere Gimferrer

Seix Barral. Barcelona, 2013 104 pp. 16'50 e. Ebook: 11'39 e.



De alma, es decir ‘fértil, nutricia', califica Virgilio en la Eneida a Venus y así se inscribe en el libro de Toni Negri "Alma Venus: donde el discurso del materialismo empezó, ahí volverá a empezar". Y "A Cuca, Alma Venus" dice la dedicatoria del nuevo libro de poesía de Pere Gimferrer (Barcelona, 1945) anunciando sus palabras de amor y revolución o "insurrección".



Revolución o insurrección que ha de leerse referida a la escritura y en este sentido estos nuevos poemas continúan un principio poético fundamental que rige toda la obra de Gimferrer: el ser (re)fundación -la fundación estrictamente hablando es imposible- de la poesía, ser la continuación del espíritu de Rimbaud, lo que hizo suyo el surrealismo, escribir desde la libertad que da partir de un punto cero, si bien ese punto está saturado inevitablemente de literatura.



Y palabra de revolución o insurrección que, sin salir de lo poético, no deja de atender a lo colectivo. La idea de la democracia en peligro, "el tiempo de la trata", la problemática construcción de Europa, con referencias a episodios del horror, los totalitarismos, Guernica, la entrega a Franco y fusilamiento de Companys, sin renunciar al humor "«Uropa», dijo el punto filipino"; la degradación contemporánea de lo heroico violentamente resumida en "Cardeña de Ruy Díaz, hoy de Paesa", verso que se diría extraído de The Cantos de Ezra Pound, de quien procede en la poesía moderna el pliegue del tiempo sobre sí mismo y la contemporaneidad de pasado y presente, procedimiento adoptado desde Arde el mar (1966) en la poética de Gimferrer, así como la inserción de numerosas menciones y alusiones, en el caso que nos ocupa pictóricas, cinematográficas, literarias -Dante, Llull, Juan de la Cruz, Eliot, Juan Ramón Jiménez, Alberti, etc. y también propias- e históricas, lo que da en grandes y magníficos frescos que apuntan a la totalidad.



El tema central del libro, como de tantos textos gimferrerianos, es la poesía misma. "Todo poema tiene un tema sólo:/ cómo dice otra cosa la palabra". Así, la poderosa imaginería gimferreriana, "La extravagancia sin cesar de imágenes", crea un mundo verbal autónomo, pleno de significaciones, de resonancias semánticas -y el léxico es, como siempre, riquísimo-, que se ofrece al lector para que sea él mismo quien construya redes de significación.



La maestría para el ritmo de Gimferrer se da también en estos poemas de endecasílabos blancos con algún alejandrino, versos en que se evita casi por sistema el encabalgamiento, lo que acaba produciendo un cierto efecto de salmodia.



Una cuestión que surge en la lectura es si todo está dicho por una única voz o son varias las que erige el discurso, tal como se apunta en el propio texto: "Un mosaico de voces el poema". No faltan las alusiones autobiográficas, ya del pasado -el encuentro con el amor, unas palabras de Gil de Biedma, un libro recibido de Luis Rosales...-, ya el instante de la escritura: "No se me ocurre nada".



Alma Venus recoge dos libros, el de ese mismo título y Los sentidos en paz con la memoria, que repite un verso de Villamediana. Dos poemas extensos, divididos en secciones, al igual que sucedía en Rapsodia (2011) y en otros anteriores, que presentados juntos guardan cada uno su individualidad, si bien comparten asuntos y se leen como complementarios.



Alma Venus resulta ser una feraz donación de goce, de saber poético, de indagación de la palabra a través de la palabra, y ha de contarse entre uno de los grandes libros de Pere Gimferrer, poeta grande entre los grandes.