Juan Goytisolo. Foto: Santi Cogolludo
La poesía fue "creada en función de algo ajeno a su propio impulso". Su autor no alude a la inspiración, pero, sin duda, procede del mecanismo que identificaron los románticos. El poeta pasa a ser un demiurgo, porque los redacta "con escasa intervención por mi parte, en otoño de 2010 (solo uno surgió un año antes, en solitario y por sorpresa)". Figura también en ellos alguna incorporación en cursiva, fruto de su obra Telón de boca (2003), La Celestina o alguna frase de los procesos inquisitoriales que el novelista frecuentó. En el poema 2 de "Desmemoria" (sin mencionarlo) descubrimos el fragmento de un verso machadiano. En su conjunto, el poemario utiliza el verso breve, generalmente el heptasílabo, aunque la métrica es libre. Los poemas son el fruto de una meditación sobre el paso del tiempo y el papel de la memoria. En su lenguaje, cincelado advertimos alguna dislocación sintáctica e imágenes impactantes: "cráneo tallado por un dios", "Me contempla un gato/ con ojos de aristócrata inglesa". No faltan, pues, rasgos de humor, pero en general el lenguaje es directo y actúa en búsqueda de la otredad. No faltan tampoco (pp. 14 y 16) referencias a la muerte o a la autorreflexión. Un cierto tono trágico advertimos en el poema 4 de "Desmemoria": "Feliz el que se muere sin saber que se muere", pero el poeta objetiva y el "yo" no figura explícito, aunque todos lleguen a conectar con facilidad en la conciencia del lector. En el ensayo final descubrimos una apasionante reflexión sobre el difícil encaje de las obras singulares en los movimientos literarios, la crítica al modelo generacional, el fenómeno de la oralidad o la aparición del grupo de creadores latinoamericanos que anticiparon el "boom". Es allí donde bajo el epígrafe "Los novelistas deberían leer poesía" intenta definir las diferencias entre poesía y prosa: "Prosa y poesía son cosas distintas, pero no incompatibles ni opuestas".
Estas páginas interesarán a sus fieles, porque ofrecen algunas claves y hasta fuentes de alguna de sus páginas que no tiene empacho en admitir. Nos encontramos, pues, ante un doble ejercicio: los poemas reflexivos, que bien merecen una lectura y el texto en prosa que sirve de apoyo teórico, no sólo al acto creativo poético, sino que alcanza una mayor dimensión al encarar la novela y su futuro, aquélla y el cine. Y no puede faltar tampoco la dura crítica social: "Entristece en verdad el ninguneo de quienes apuestan por el texto literario… en contraste con la promoción de quienes venden sábanas y sábanas impresas aplaudidas por los responsables de nuestro atraso educativo y cultural (uno de los más bajos de Europa y en continuo retroceso respecto a hace dos o tres décadas)": Juan Goytisolo en estado puro.
CENIZAS
2Al admirar tu cuerpo,
recio el calzón de los membrudos,
lamento mi extravío
en la ficción del tiempo.
Imposible acogerse
al pecho hircino
y al vigor de tus brazos.
El abismo de un siglo nos separa.
Mas tu borrosa estampa,
al hilo de los años,
impugna
lo efímero mezquino
y me concede,
don del espejismo,
tu plenitud recobrada.
(Huecograbado del pahliván)