Luis Antonio de Villena. Foto: Alberto Cuéllar
Poemas de la negación del presente, el presente de 1971 -año de la publicación de este libro-, el presente de los finales del franquismo que parecía no acabar y con él todas sus estrecheces políticas, morales, etc. Una negación radical a través de la puesta en escena de espacios, tiempos y personajes que, más o menos remotos, resultaban todos ellos exóticos: una reina de Ofir, Paulo Orosio, Pago-Pago, Kensington, Guido Gozzano, un monje medieval, todo apuntaba a otros mundos. Y mala lectura sería, creo, la que hablara de escapismo, se trataba más bien de expulsar del discurso a la realidad inmediata, condenada al silencio, al olvido, por abyecta.Sublime Solarium fue el primer libro publicado de Luis Antonio de Villena (Madrid, 1951), al que han seguido muchos otros de temática y poéticas diversas, además de otros de narración y de ensayo, que lo han situado desde hace años como uno de los poetas decisivos de nuestro tiempo y una de las personalidades relevantes de nuestra cultura. Villena en lo que fue su presentación escenificaba una ruptura con la poesía española de la época, exceptuadas las primeras muestras novísimas con las que venía a coincidir. Utilizando el poema en prosa o los versículos extensos, el discurso se entregaba a lo exuberante, nombraba piedras preciosas, telas suntuosas, y era todo un canto a la belleza, al amor -amor heterosexual bien explicable por las restricciones del momento, lejanos entonces los amores de los poemas de Hymnica (1978), pero también a lo efímero de todo ello y de la vida.
Hoy Sublime Solarium es síntoma de un tiempo, un clásico contemporáneo, pero también un libro que conserva viva toda su fuerza poética y cuya lectura continúa siendo fuente de placer estético.