Image: Deudas contraídas

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Poesía

Deudas contraídas

Ana Rossetti

20 enero, 2017 01:00

Ana Rossetti

La Bella Varsovia. Córdoba, 2016. 80 páginas. 10 €

Ana Rossetti (San Fernando, Cádiz, 1950) ha sido actriz dramática y autora de libretos de ópera. Ha publicado novelas y cuentos eróticos. También relatos para niños y adolescentes. Su literatura sobresalió en Las Diosas Blancas (1985), antología de la joven poesía escrita por mujeres. Sus versos iniciales fueron reunidos en Indicios vehementes (1985) y Yesterday (1988); los posteriores, en La ordenación: retrospectiva (2004).

Después de varios años de silencio, Deudas contraídas supone el regreso poético de Ana Rossetti. En el primer conjunto de textos, la autora se sitúa detrás de una barrera. Nos dice que la hipótesis, el arte o la ingenuidad son parapetos frente al dolor de los cuerpos y el estallido de los edificios. Utiliza una prosa de imágenes potentes para describir un mundo que se deshace con violencia. Sin embargo, la distancia con respecto al sufrimiento se le figura imposible. La tragedia humana produce una sacudida en la poeta. Ésta se transforma en una vía para que circulen palabras de denuncia: "Briznas de conciencia se me adentran olfateando; alzan las antenas, extienden los sensores: me escrutan".

La emoción crece con el poema "Arrebatadas". Las hijas desaparecidas se convierten en soplos, en espectros ante una ventana, mientras sus ropas se agitan en un cordel y la escritora contempla unas hebras de pelo. Existe un "infierno inmóvil" en la espera; el miedo vuelve inútiles los mapas. Las composiciones "Halladas" y "Ciudad profanada", con sus náufragos, reciben el eco positivo de "Ciudad prometida" y "Hacedoras de ciudades". Y la destreza de Rossetti para compendiar situaciones queda patente en dos poemas. En el primero de ellos, "Desarraigo", se evoca al exiliado y su "tierra indiferente, la geografía sin asideros del nómada". En el segundo, "Principio de la indeterminación", una liebre deslumbrada por unos faros sintetiza nuestra perplejidad entre el pasado y lo venidero.

Ana Rossetti dirige su ironía amarga contra una realidad cruel: las calles con muebles abandonados y personas que vuelcan su angustia sobre las aceras. La escritora prevé que la derrota del futuro consistirá en un paisaje de casas vacías. De momento, nos retrata como seres sometidos al espejo de los probadores, al hambre inclemente, a los deseos de fuga: "Como en las vísperas eternas del éxodo", sentencia. Mencionando a verdugos y mutiladores de palabras, Deudas contraídas concluye con un poema memorable: "Atrévete y sucederá". En resumen, una poesía de aliento social que destaca por su ostensible calidad artística.

@FJIrazoki