Maite Pérez Larumbe. Foto: Amaia Pérez Larumbe

Pamiela. Pamplona, 2016. 64 páginas, 11€

Maite Pérez Larumbe (Pamplona, 1962) es un ejemplo de poeta de calidad sin la difusión merecida. Ha publicado cinco poemarios. Docente y articulista, es asimismo autora de varias piezas de teatro.



Las dos características destacadas de Reinos inferiores son la expresión serena y la elegancia con que la escritora usa el idioma. Las veintitrés composiciones encierran un paisaje de pendientes, ciudadelas y veladuras. La Naturaleza, representada por la broza, el humus y la piedra, resume la vida de las personas que la contemplan. La podre, los olores y la lluvia que desnuda un gingko aportan matices. Al observar una pradera, Pérez Larumbe medita sobre los seres humanos: "Para nosotros, es también más misericordioso reclinarse en el tiempo, / evitar las miradas que nos clavan al suelo".



Además de urracas, juncos proletarios, perros que olfatean, mujeres que cosen en los ribazos con una caligrafía de hilos, los versos contienen realidades más lejanas. La cultura clásica de cariátides y estolas, con el nombre de Atenas al fondo, le sirve a la autora para reflexionar. Cita las desventajas históricas padecidas por las mujeres. También se incluyen alusiones a la ciencia. "Edificamos con enormes cantidades de nada", leemos. La poeta no puede concebir un texto sin verdad personal. Lo demuestra la presencia de su padre en "Sol invicto". Pérez Larumbe se fija en un grabado con figuras que "obedecen, erigen el miedo como un faro,/arman cimbras, malviven, desfallecen y ganan su epitafio/en una anotación al margen de algún libro de cuentas".



La belleza no decae en ninguna de las páginas del libro. El tono equilibrado se mantiene. Si la escritora resalta el tacto o menciona un pecio, sus palabras conservan idéntica mesura. Los tres textos finales ("Ocupar el espacio", "Juicio", "Vocación") significan variantes del conocimiento que la poeta ha alcanzado. En el primero de ellos, se nos comunica una especie de estoicismo. El segundo está lleno de interrogantes en los que caben los prodigios cotidianos, la ruta y el destierro. El poemario termina con sed de alegría. Nos deja impresiones de una celebración sosegada.



Un dibujo del siglo XV ilustra la cubierta de Reinos inferiores. En el colofón se reproduce otra imagen de la misma época. Editada con esmero, la obra debería situar a Maite Pérez Larumbe entre los creadores relevantes de la poesía española contemporánea.



@FJIrazoki