Espacio Trapézio, abastos de arte
Entre los elegantes puestos de comida del mercado de San Antón, en el madrileño barrio de Chueca, se ubica Espacio Trapézio. Jesús Álvarez, por amor al arte, convirtió la carnicería de sus padres en una peculiar sala de exposiciones sin ánimo de lucro, que se financia exclusivamente del capital de su fundador y del alquiler ocasional del espacio a terceros. Sin subvención alguna, la comisión técnica de Espacio Trapézio hace malabarismos -“yoga presupuestario” lo denomina el comisario Javier Duero- para mantener una línea de programación que suele apostar por artistas jóvenes al margen del circuito profesional del arte.
Debido a su exiguo presupuesto, buena parte de sus propuestas surgen de la coproducción con universidades y centros de arte nacionales e internacionales, y el espacio experimenta con diferentes modelos de autogestión, como la colaboración con la asociación cultural Pensart, durante su primer año de actividad, hasta la creación de la actual comisión técnica que gestiona el espacio.