Opinión

El desierto avanza

La papelera

28 junio, 2000 02:00

Tenían que ser los urbanitas los que denunciaran el desierto creativo que empieza a lamer el asfalto madrileño. Y ven bien pero miran mal. Han cogido a Alvarez del Manzano como espantajo sobre el que zarandear todos los baches estéticos. Si quieren cultura que la hagan, si son capaces, y que dejen de perpetrar denuncias espurias. Hay que hablar de exenciones fiscales, cuotas de pantalla, precios únicos y demás fallas antes de que la arena del desierto llegue hasta nuestra puerta. Por eso, yo tampoco me resigno.

Ya tenemos al primer leonés del clan en la Real Academia. Pensándolo bien, no entiendo cómo no ha ingresado antes, siendo como es tan amable y políticamente correcto. Limpio además de polvo y paja, qué tranquilidad, señores académicos. Ahora bien, desde mi papelera irreverente, ¿cómo no recordarles otros nombres que agitan casi a diario las palabras y la cultura de nuestra lengua? Una vez dentro Rojo, Iglesias y Luis Mateo, ¿por qué no arriesgarse con Umbral, Valente, Marsé, Mendoza o Pombo...?

Fin de curso para la nueva ministra, claro que empezó a mitad y algunas asignaturas ni las ha desempolvado. Me la encontré en el Festival de Cine Iberoamericano compitiendo en atención con Angie Cepeda, la actriz cañón de Lombardi en Pantaleón y las visitadoras. Por cierto, ¿qué hacía Cortés revoloteando por allí en ausencia de Luis Alberto de Cuenca? Algunas veces pienso que la familia de la Plaza del Rey parece el camarote de los Marx.

Rodríguez Ibarra está que se sale. ¿Que no tiene quién le escriba? ¿Que no abunda en sus ubres (perdón, Hurdes) el escritor pastueño como antaño? Pues nada, a engordar el pesebre, que eso son, y no otra cosa, sus nuevas subvenciones a los escritores extremeños que se dediquen en exclusiva al oficio de escribir.

Me cuentan que las estupendas relaciones de Prada y la editorial Valdemar están al borde de la ruptura. Resulta que el escritor quiere recuperar los derechos de sus primeros libros para reeditarlos en Planeta y los pobres valdemares no se dejan. Que no hay lealtades que valgan cuando hay agentes por medio. Cómo son, qué voraces...

Ya es casualidad: tantos años sin que la vieja traducción de En busca del tiempo perdido se revisara, y ahora dos editoriales lanzan la suya. Mauro Armiño (otra vez Valdemar) se ha adelantado a Carlos Manzano (Lumen), que anuncia "su" Proust para septiembre y se pregunta, desolado, si realmente los caminos de Swann dan para tanto...

Hay cosas que dan esperanzas y en esta ocasión tengo que alabar a Juan Cambreleng y agradecerle el ánimo que nos ha infundido a todos el saber que con setenta años aún podemos ser útiles. Ha contratado como director técnico del Real a un viejo amigo de Canarias de 69 años. Alberto B. Alonso ocupó ese mismo puesto en el Colón de Buenos Aires cuando estaba prácticamente en ruinas y ahora dirigía el Teatro Avenida. Y hay que agradecer que, puesto que allí de tecnología punta nada de nada, le brinde la oportunidad de que aprenda un poco de la de nuestro Real. ¿Será verdad que más sabe el diablo por viejo que por diablo?

La magia de Harry Potter ya ha encantado a los libreros de todo el mundo, que creen que la cuarta entrega de sus aventuras será el libro más vendido de la historia. Aún faltan semanas para el 8 de julio y ya hay casi doscientos mil ejemplares reservados. Amazon ha llegado a un acuerdo con FedEx para que el envío de los primeros 250.000 ejemplares sea gratuito.

Maurizio Scaparro, que llega esta semana a Barcelona con Pulcinella, me cuenta que el teatro europeo va a ser espejo de las tradiciones de tantos inmigrantes que pueblan ya el continente. Desde hace dos años dirige en París el Théatre des Italians, donde estos días ensaya un Romeo y Julieta que estrenará en julio en la arena de Verona y que le gustaría representar en tres idiomas: inglés, francés y español. En coherencia, ¿por qué no también en árabe?

P or cierto, ¿se acuerdan de la película El regreso de los muertos vivientes? Pues eso es lo que está sucediendo, o lo que alguien quiere que suceda, en la música. Un muerto viviente podría volver a la palestra, fulminando, eso sí ,a sus mentores, a quienes no se les ha ocurrido informarse de los verdaderos motivos de un cese. Y es que la frase de moda es: "Mi único pecado fue llevarme mal con Miguel ángel Cortés". Eso parece disculparlo todo. Y no.