Opinión

La de Alberti sería

11 octubre, 2000 02:00

Qué me encuentro. Vaya papelera. Preñada de galeradas y teléfonos comprometedores. Me dicen que todo procede de los documentos "incautados" en el vertedero de Valdebernardo. Y es que lo tiran todo. Checa o la inmortalidad, María Teresa juega limpio -no como otras-, Santiago aSegura su taquilla, la Verdú se hace profunda, mi primo Palomero desembarca y Pedro Halffter se hace mayor... Rico, rico.

El director de El Prado se llama Checa o la continuidad, que podría ser la inmortalidad. Pide una "pena" de veinte o veinticinco años para llevar a cabo su proyecto al frente de la institución más retocada de la historia de la arquitectura. Felipe Garín, Francisco Calvo Serraller y Luzón fueron antecesores valorados en meses más que en décadas... Mientras le deje tiempo para seguir montando grandezas.

Grande es el Juego limpio, de María Teresa León. Se presenta una edición prologada por Luis García Montero. Aitana Alberti ha venido desde La Habana para rescatar una de las creaciones perdidas de su madre. Me imagino que, de paso, para poder ver revocado desde cerca el polémico y poliédrico testamento de su padre. Parece que va a revocarse. Y en primera persona.

También la verdadera madre de la fortuna viene a España, a hacer de las suyas, o sea, a vender como una loca con la segunda entrega de su saga, titulada Retrato en sepia. Y no viene sola: doña Isabel Allende gozará casi una semana entre Madrid y Barcelona acompañada por su padre, su madre, su marido, su cuñada... con un programa selecto, organizado minuciosamente por Mamá Balcells.

Por eso pasa lo que pasa y luego, al regresar, uno siente la "volvedera", que es como llama Tito Monterroso a la nostalgia de Europa. Su última víctima, Bryce Echenique, es más preciso: a pesar de haber pasado cuatro años preparando minuciosamente el regreso a Perú, ahora sufre "esa cosa absurda e irracional que consiste en estar perfectamente bien en un lugar y volver a otro. Y que, además, nadie lo entienda, nadie lo reciba con alegría por considerar que va a causar problemas". Especialmente si el cuate es de Balcells, que no saben cómo cuida de los suyos.

El que no ha dejado programas selectos es Vicente Cervera, que abandonó la dirección técnica de la Orquesta Nacional por segunda vez. Se llevó de nuevo a Inbal, su eterno director invitado, en las maletas. Poco o nada le han dejado hacer esta vez. Dicen que a la tercera va la vencida. Le ha sustituido Félix Palomero. Desde luego, hace falta tener muchas ganas de hacer cosas para dejar la buena vida junto a Paloma O’Shea.

Mientras, los cachorros del supuesto nuevo "boom" hispano afilan sus garras. Dicen que han matado al padre y reivindican al abuelo. Una reciente encuesta realizada en Miami descubre que el peruano Jaime Bayly, el argentino Federico Andahazi y el mexicano Jorge Volpi son los autores iberoamericanos menores de cuarenta años más populares entre los lectores de la misma edad. Doctores tiene la iglesia.

En la Academia sueca han estado a la gresca (una gresca pasada por sauna, todo hay que decirlo, o sea, una gresca suave y sueca), por disparidad de criterios ante el Nobel de Literatura. Mis amigos de la ilustre institución me dicen que está al caer y que le podría tocar al narrador exótico. Hay quien apuesta por la cuota china, por la turca o la mongola, aunque quizá recale en los Balcanes. Se admiten apuestas.

Papelón el de Maribel Verdú, a la que parece que se le ha ido un poco la olla artística. Dice que prefiere el teatro al cine porque gana más dinero y se realiza mejor... Querer y poder, el dilema.

El brazo tonto de la ley empieza a ser la mano tonta del cine español. Santiago Taquilla Segura va recogiendo todo lo que pilla por televisión para asegurarse unos buenos dividendos en su nueva entrega. Parece que hasta Cristina Tárrega "apatrullará" el cine casposo y sin escrúpulos de Segura. Al menos eso es lo que se está trabajando la peculiar presentadora desde la televisión.

Hay quien acapara todo y no deja nada para los demás. Vean si no al más joven de los Halffter, el director Pedro Halffter. No sólo dirigió un curso de dirección de orquesta -valga la redundancia- y está a punto de salir a la venta su compacto con La del alba sería, las primeras escenas del Don Quijote de Cristóbal, sino que acaba de inaugurar la temporada de la Zarzuela dirigiendo La ópera de los tres peniques de Weill. Pues no serán tres peniques sino algún milloncete lo que recibirá de Caja Madrid en concepto de beca para estudiar composición en Estados Unidos.