Opinión

AL SON DEL PLAGIO

"Mi profesión? verdugo y mercenario"

18 octubre, 2000 02:00

La Papelera

L o siento pero no, la verdadera negritud no está en los versos de Senghor ni en las prosas de Soyinka. Ni siquiera en las hazañas de Michael Jordan o Marion Jones. La auténtica negritud se cocina cada semana en el planeta de los libros y no se salva un famosuelo. Acabo de toparme con el héroe de la semana, el negro de Ana Rosa Quintana, en nuestra tertulia de los martes. Me enseña su álbum de familia mientras charlamos con sabor a hiel en los labios. Todo lo que aquí se cuenta está fusilado a discreción porque, como Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como.

-Para empezar, es usted Rojo, ¿verdad?
- Para nada, soy de derechas de toda la vida.
-¿Le gusta la palabra negro?
-No me gustan las etiquetas.
-Parece que no ha hecho bien su trabajo.
-Lo que parece es que estoy harto de este trabajo.
-Pero le han pillado.
-Yo no existo, soy un fantasma, alegal y ausente. Han pillado a los que dan la cara.
-¿... Y no le remuerde la conciencia?
-Insisto, no existo y no tengo conciencia.
-Por lo que veo, tiene usted, efectivamente, más instinto de ladrón que de asesino.
-Yo sólo fusilo. Ejecuto órdenes. El asesinato es moral, se lo aplico a quienes las dan.
-Seguro que nadie le obligó a calcar capítulos de otro libro.
-Cuando uno mata una vez, mata ciento.
-Dicen que es un pájaro de cuenta.
-Sólo un poco espino.
-Pero ha dejado a Ana Rosa Quintana con el culo al aire.
-Ella sale al aire todos los días y el culo es algo que tenemos todos. Igual de parecidos que los fragmentos de álbum de familia y Sabor a hiel.
-¿Le gustaría pedir perdón?
-El perdón me lo tendrían que pedir ellos a mí. Yo soy escritor.
-Suena a venganza.
-Cuando el río suena...
-Pero este plato se lo está comiendo bien caliente.
-Bueno, ha salido en una revista caliente. No confunda.
-¿Ha metido en Sabor a hiel páginas de algún otro best-sellero aunque no sea americano?
-¡A usted se lo voy a decir!
-¿Por qué no escribe libros propios y se deja de tanto resentimiento?
-Es lo que hago.
-¿Cuáles son sus referentes?
-Faulkner, Kafka, Borges, Dovstoievsky.
-¿... Y bien?
-Con ellos soy más serio.
-Pero usted ya "ha matado" una vez, estaría bajo sospecha.
-Bueno, la tentación siempre vive arriba, en la estantería.
-¿Satisfecho?
-Como David tras machacar a Goliath.
-¿Le gustaría ganar el Planeta?
-Claro, es como entrar en el Olimpo.
-Si tuviera que definir en dos palabras su profesión en un currículum, ¿qué pondría?
-Verdugo y mercenario.
-Pues parece un dios.
-Soy un dios cuando entro en los textos de los demás. Entonces me entra el instinto asesino y no puedo parar.
-Usted es carne de psico-thriller.
-Me encanta Psicosis. La escena de la ducha me recuerda mis momentos más álgidos en los que destripo sin piedad páginas y más páginas.
-Me da usted miedo. Mueve los dedos frenéticamente.
-Lo siento, ¿comprende ahora?
-No sólo le comprendo. También le creo.
-Gracias. ¿Cuándo piensa publicar esta entrevista?
-El 18 de octubre.
-¿Me la enseñará? Colaboro con una revista cultural en Colombia...
-Por favor, conténgase. Es usted insaciable.
-Me juzga mal.
-Porque le veo mal. ¿Cómo vivirá a partir de ahora?
-Día a día, como Rambo, sin rumbo.
-¿Qué significa para usted la palabra plagio?
-Un arte subterráneo, anónimo, que si sale a la luz se pudre.
-Ahora parece un vampiro.
-Usted lo ha dicho.
-¿También vive de noche?
-Es el momento de construir las grandes obras.
-¿Cuál es su monumento perfecto?
-Un remedo entre Madame Bovary, Crimen y castigo y Rojo y Negro. ¡Qué grandeza!
-Vuelve a acojonarme, en este momento tiene la mirada de Frankenstein. ¿Saldrá de la clandestinidad algún día?
-Cuando acabe esa obra. Nadie lo notará.
-¿Tiene título y editorial ya?
-Sí, pero tendrá que enterarse por sí mismo. Ese es el juego.