Opinión

La purga de Benito

LA PAPELERA

25 octubre, 2000 02:00

Punto y final al "caso Quintana". Ya ven: no hay nada como soltar la liebre para incitar a los carroñeros. Sólo queda ("sólo", como si fuera poco) que la purga se consume, que la República de las Letras se purifique y se queden en ella sus moradores de siempre: los escritores. En ese parnasillo habito. Y que venga, que venga la catarsis, mientras tanto ejecutivo papanatas (el viejo zorro Muchnick dixit), se la envaina sin ninguna discreción.

Ahora que para purga, la que está liando el Supremo con el Prado. ¿Puede un cubo ser ilegal? ¿Y un botijo? ¿Y la casa de los Preysler? A veces lo elemental se convierte en imposible, como el empeño de Moneo por envasar al vacío la nueva cara del Prado. Madrid me mata, ¿no me creen?

Arde Valencia. Eso sí que es arte efímero. Una falla. La Consejería de Cultura de la Comunidad Valenciana ha organizado un faraónico festival de las artes, Observatori, para tan sólo dos días. Imposible asistir a todos los eventos artísticos, musicales y conferencias convocados. Exposiciones que se montan y desmontan supersónicamente. Pero como la Ciscar lo que quiere es salir en la foto, para qué va a mantener el tinglado más de lo preciso.

También está que arde la Feria de Francfort. Para los perdidos en su prestigio, pueden encontrar los intereses de nuestro país, todos los días en algunas páginas de cultura como si fuera la Feria de Guadalajara. Lástima que este año el Nobel saliera rana, digo, chino. Por cierto, que uno de los divertimentos de Prisa, la Escuela de Letras, pasa a manos de Plaza & Janés, o Random Hous. El mundo gira y gira.

Tras el apagón del Real -del que se habla ya más que del ocurrido en Nueva York- aún hubo unos "celos", los de Jordi Savall. Celos razonables, es decir, cuernos. Porque Malgore utilizó instrumentos del siglo XVI, cuando la música española de los tiempos de Hidalgo -el siglo XVII- era mucho más rica. Todo eso lo comprobó Savall, el especialista español de la época, a quien el Real también ha dejado a oscuras. Se notaba en su cara.

La actriz Ana Fernández (Solas, Sé quién eres y You’re the One), carrera vertiginosa donde las haya de nuestro cine, empieza a rodar en Nápoles y hablando perfectamente el dialecto de la Campania. Será una ópera prima que, me aseguran, romperá moldes.

Lo que el Centro Dramático Nacional se está gastando en reformar sus teatros -el María Guerrero y la sala Olimpia- se lo ahorra en producciones teatrales. Pero tanta reforma creo que está dando frutos inesperados que en enero se verán. Sí, Pérez de la Fuente abrirá el María Guerrero a bombo y platillo para mostrar el tesoro oculto que encerraban sus paredes, mejor dicho, sus techos. Y aquí me quedo para no aguarle la fiesta.

Me he impuesto como título de cabecera el Libro Blanco del Audiovisual. Parece que está todo atado y bien atado aunque Otero pierde de vista la necesaria defensa de nuestro cine. Son muchos los caminos de la globalización y muy pocos los de la protección. Cuestión de cuotas.

Otro informe sin desperdicio es el del sector editorial en 1999. Todos -editores, libreros, autores- están de acuerdo en que se publica demasiado, y demasiado malo, pero un año más la producción de libros ha vuelto a aumentar hasta superar los 61.000 ejemplares. Y claro, Papá-Estado tiene mucho que decir. Resulta que los libros editados por Organismos Oficiales del Estado crecen más de un 7 por ciento; los de la Administración Autonómica y Local, más de un 16, y las Instituciones Culturales, un 15,8. Todos los políticos, ya saben, quieren dejar su impronta escrita y encuadernada. O sea, que tiene razón el negro: la tentación sigue viviendo arriba, en la estantería.

Si esto sigue así, para defendernos vamos a tener que crear una ONG como la que Vázquez Montalbán estudia para salvar a Carvalho. Como todo el mundo anda empeñado en que quiere deshacerse de su personaje, el escritor niega desde México la mayor: "En un mundo en el que Bush Jr. puede llegar a ser nuestro emperador, ¿cómo va a desaparecer Carvalho? El problema es de reciclaje profesional, porque a su edad, Carvalho ya no puede aspirar a ser un atleta sexual japonés ni un hombre contundentemente agresivo. Estudio la posibilidad de meterle en una ONG. Detectives sin fronteras".

Un año de la muerte de Alberti. ¿Quién sacará el vino de Asunción atrincherada aún en su Fundación? Pareados veredes...