Opinión

Una rosa es una rosa es una rosa

21 febrero, 2001 01:00

Ya lo dijo el poeta, una rosa es una rosa es una rosa, y más si la escribe Cela, reestreno de lujo como los que nos esperan en el Real ahora. Para abrir boca, Espido Freire y Eslava Galán comparten mantel y confidencias, los de la cosa cultural andaluza utilizan la comida "excelente" como reclamo, Pindado se cabrea y mucho "tráfico" de cineastas. La papelera se desborda...

Cela vuelve con una novedad que no es nueva: sus recuerdos desde que nace hasta que cumple siete añitos. Trescientas y pico páginas de nada. La rosa, que así se llama la vieja novedad, ya se publicó en el 59, pero desde entonces nuestro Nobel ha recordado once nuevos capítulos. Para que nadie pueda decir que le falla la memoria... Ahora puedo decir aquello de que una rosa es una rosa es una rosa es una rosa...

Más rosas. Juan Eslava Galán es un contador de historias policiacas encubierto. Y un gourmet declarado. Quedó con Espido Freire a comer treinta y cinco o treinta y seis platos en Burgo de Osma. Ignoro (porque quiero, claro) si estaban helados o no los melocotones que pidieron de postre, y cómo quedó la pobre Espido después del banquete.

Cierta gacetilla malagueña la ha tomado con García Martín, o García Mártir, como ellos le llaman. Ahora le acusan de inventarse un libro de Caballero Bonald. El propio Caballero ha negado la existencia de Poesía (1945-1948). Pero García Martín no se lo inventa: en unas cuantas bibliografías (la de la antología de Castellet Un cuarto de siglo de poesía española, por ejemplo), aparece como editado en Sevilla en 1948. El CESID está sobre la pista del libro, pero de momento sólo han encontrado un par de babuchas, una lata de fabada caducada en el 83 y un carné de socio del Atlético.
Rosas por todas partes. Por antologías de poesía española últimisisisísima que no quede. Renacimiento acaba de publicar una, El hacha y la rosa; el responsable, el poeta cubano José Pérez Olivares. Hiperión prepara la suya, El cristal y la llama, a cargo de Domingo Sánchez Mesa (los poetas incluidos están sudando tinta para responder al cuestionario, hipermegateórico, que ha propuesto el an- tólogo). DVD también prepara una: ésta será de autorretratos de nuestros más jóvenes vates.

Eduardo Arroyo se atrevió en los sesenta a meterse con Marcel Duchamp y desde entonces no ha parado de provocar. Pero sus últimas víctimas saben de estas lides: Settembrini y Bonito Oliva juegan al poli bueno y el poli malo; el uno le da sebo a Aznar y otro llama "franquista" a Arroyo. Con tanto numerito, nos quedamos sin saber qué hay detrás de la magna Bienal de Valencia de Consuelo Císcar, aunque nos lo imaginamos.

Alfonso Pindado & Company no reparten rosas precisamente. Exigen la dimisión de Alicia Moreno "si la Comunidad de Madrid no cambia de política con respecto a las alternativas". Me dicen desde los despachos del gobierno autónomo que no hay "tutía". Parece que les ha ido tan bien con Escena Contemporánea que no creo que lo tome ni en consideración. El caso es que el duelo al sol está a punto de terminar y Pindado sale digno pero tocado...
El público abonado al Teatro Real ha respirado, que ya es decir. Han estrenado allí, entre ópera o ballet, los más influyentes compositores de nuestra música: García Abril, Bernaola, Halffter y De Pablo. Pero la felicidad no es completa... Queda aún uno, pero no es probable que estrene por ahora. Así que los abonados respiran porque ya podrán ver Lucia, Butterfly, Tosca y otras obras de las del llamado repertorio. Oxígeno para el Real.

Hay unos cuantos editores que comercializaban sus libros en Cataluña con cierta distribuidora de nombre geométrico que ha presentado su quiebra y que se han quedado compuestos, sin dinero y sin libros. La cosa, me cuentan, afecta directamente a editoriales como DVD o Hiperión, y muy especialmente a otras como áltera o Icaria. O como dicen: a perro flaco... Esperemos que la crisis, que parece muy grave, no mande a nadie a la UVI.

En la plaza donde nace la calle del Desengaño, bajo el influjo de la luna, coincidió lo más granado de nuestro cine. Era el día del estreno comercial de la última perla de Soderbergh, Traffic, y en la sala de butacas, después de comprar sus respectivas entradas, coincidieron sin comerlo ni beberlo Mateo Gil, Eduardo Noriega, Miguel Albaladejo y Pedro Almodóvar. En fin, casualidades de la agitada vida cinematográfica. Y por Ventura (alguien diría que de Pons), que no salieron desengañados.

La Orquesta Sinfónica de Sevilla ya tiene nuevo titular, una vez más extranjero. Será el veterano Alain Lombard. Lo mejor de todo fue otro discurso, el que pronunció el consejero andaluz de la cosa, en el que dijo que "Sevilla puede ofrecer a Lombard mucho cariño y una comida excelente". Ni entro ni salgo de mi asombro.