Opinión

El hombre que leía demasiado

25 abril, 2001 02:00

Racionero sufre por su condición: es el hombre que leía (intercontextualizaba) demasiado. Menos mal que Ana Rosa Quintana se santifica; que lo de Brines y la Academia estaba atado y bien atado, que siguen las caravanas de poetas organizadas por Alex Susanna, y que las agentes de Isabel Allende y Pérez-Reverte hacen números por el próximo Planeta.

Claro, nada más caer Racionero en la Biblioteca Nacional salen los informes. Y es que, desde Chicago a Quintanar de la Orden pasando por el Paular, un plagio es un plagio. Siempre he dicho que el flamante director de la BN ha leído tanto y tan a fondo que ha sido fagocitado por sus "intertextuales" referencias. Hay que ver cómo me gusta esta palabra.

Plagios que no cesan: Ana Rosa Quintana es una santa. Ahora dice que no quiere cobrar los derechos de autor de sus libros vendidos durante el año 2000. ¡Eso es estilo! Otro se los embolsa, y aquí no ha pasado nada, después de todo lo sufrido. Así que su editorial, Planeta para más señas, que ha tenido que devolver el importe a quien ha querido devolver el libro, no sabe qué hacer con el dinero. ¡Porque no se lo van a quedar! Y han llegado a un acuerdo: el dinero será destinado a una ONG. Y todo en la más estricta confidencialidad. Me dice un amigo próximo a una de estas organizaciones sin ánimo de lucro que ya se imponen los empujones por llegar los primeros. ¡Qué caro se está poniendo el plagiar!

Nada intertextual (pese a llevar una "x" atragantada) resulta Francisco Brines, todo discreción, el más diplomático de los poetas españoles (cualquier día le ponen una embajada) que ya tiene sillón.Miren ustedes por donde, la Academia está de enhorabuena: ha pillado al estupendo Pombo traduciendo los versos de Walcott y le ha concedido el Fastenrath. Pleno.
Las dos agencias literarias más importantes del país, Carmen Balcells y Raquel de la Concha, están haciendo sus cálculos para saber si es rentable que sus figuras ganen el Planeta de los cien millones. Isabel Allende tiene números, pero Plaza & Janés, su editorial, se pondría de morros, y Arturo Pérez Reverte no soportaría una promoción al estilo planetario. Además, sus honorarios son muy superiores a la cuantía del premio. Así que mucho me temo que la Balcells y mi querida Raquel tendrán que buscar a otros candidatos, aunque sean los preferidos de Lara.

Estuve en un cocktail en el gobierno militar. A la puerta había un PM, y el coronel nos recibió derrochando amabilidad. En la sala del fondo, a oscuras, asistimos a una proyección de vídeo con un amplio catálogo de freaks. Fue en Cáceres durante Foro Sur cuando el establishment local se rindió por unos días al arte ultramoderno. Esperpento puro, créanme.

Con satisfacción se recibieron las nuevas apariencias públicas de Claudio Abbado. Su aspecto ha mejorado notablemente desde las pasadas Navidades. Esperemos que la enfermedad vaya dominándose y se pueda enfrentar dentro de unas semanas a los públicos de Parma y Ferrara con ese Simon Boccanegra que dirige como nadie.

Cuentan del presidente de un jurado que un día, tan enfadado estaba, que sólo se sustentaba con lo que por ahí maldecía. Traducción: dicen que dice Luis Mateo Díez que se retiró del jurado literario más primaveral cuando se propuso dar al premio a una novela de la que apenas se habían presentado 30 folios. Viendo cómo les lucía (se me escapa de todas todas la negrita) el pelo, se fue, se fue... Mas cuando el rostro volvió, halló la respuesta viendo que otro jurado iba maldiciendo...

¿Se acuerdan de aquéllas caravanas de mujeres que organizaban los chicos de Plan? Pues como hay lugares que, en vez de mujeres necesitan poetas, allá va álex Susanna con su caravana de versificadores. Que, por cierto, siempre son los mismos, sea el país que sea. Nunca falta Claude Esteban por parte de Francia, ni Nuno Júdice como representante de Portugal en esta peculiar Eurovisión poética que hoy llega a Valladolid. Además, Felipe Benítez Reyes, el chino Duo Duo (y valga la redundancia), la rumana Ana Blandiana (en consonante) o Zoé Valdés. De todo hay en la viña del... etcétera.

Todo el Portugal y la Francia literaria celebran la aparición de la fotobiografía de Miguel Torga. Más celebrarían nuestros escritores que se practicara aquí la misma costumbre. Aunque algunos lo que buscan es la fotohagiografía.

Anda la RESAD tanteando a un nuevo director. La extraordinaria labor de esta institución tendrá, seguro, una buena cabeza creativa, un buen conocedor del mundo teatral... ¿un zorro ilustrado?

Venecia, la Venecia de Truman Capote y de Ernest Hemingway, era una fiesta perpetua, un carnaval cuyo corazón se encontraba en el Harry’s Bar. Pues bien, el gobierno italiano ha decidido convertirlo en monumento cultural protegido por el Estado. Lástima que, en esto también, se nos hayan adelantado, y hayamos sufrido los cierres de los cafés frecuentados por Dalí, Lorca, Unamuno o Buñuel...