Opinión

La foto

27 marzo, 2003 01:00

De lo próximas que están las elecciones tuvimos nueva constancia en la cita que, a última hora y con más improvisación de la debida, reunió a una extraña selección de la prensa con otra igualmente extraña de directores de teatros y las autoridades de la Generalitat valenciana.

Para estas fechas estuvo un día prevista la inauguración del Palacio de las Artes. Más tarde, aplazada ésta, se previó un concierto de apertura en la sala exterior aunque las obras continuasen dentro y, de últimas, todo ello quedó en una foto: la del presidente José Luis Olivas con Plácido Domingo. Se organizó la extraña reunión el día y a la hora que el tenor podía, a una hora que le permitiese levantarse tarde -había cantadoWalkiria la noche anterior- y estar de vuelta en Madrid para llegar a tiempo al Bernabeu al partido Madrid-Milán. Nada que objetar al tenor, representante de las óperas de Washington y Los ángeles y promotor del concurso Operalia, que tendrá su sede en el Palacio de las Artes cuando éste entre a funcionar, pero sí a la lamentable organización. Los periodistas en manada, sin más derecho en la visita que a hacer fotos pero a ninguna información verbal. Los directores de unos cuantos teatros internacionales -Bundestheater de Viena, Châtelet de París, La Scala de Milán, Royal Opera House de Londres, New National Theatre de Tokio- recorrieron para fines fotográficos un teatro que ya habían visitado con detenimiento el día anterior, mientras Santiago Calatrava daba escuetas explicaciones a Domingo y Olivas. Una rueda de prensa final un tanto apresurada sirvió para verificar una vez más los problemas de la Generalitat en decidirse a pisar a fondo el acelerador. Olivas afirmó que el teatro estará listo para el primer semestre de 2004 pero, simultáneamente, reconoció que no hay muchos avances en la formación de la orquesta que habrá de tocar en él. Y, según Olivas, estamos a un año vista de ello. Claro, que les puedo asegurar que ya será un año más tarde, en el 2005. Helga Schmidt tiene ideas, pero la Generalitat no tiene de momento ganas más que de fotos.

Para justificar la foto se firmó un protocolo de intenciones de colaboración entre los directores teatrales extranjeros que no deja de ser un ¡Viva Cartagena! y uno se pregunta dónde estaban los españoles. Quizá también en los toros, como dos de los invitados.