Opinión

Guerras líricas

14 abril, 2005 02:00

¡Y nosotros nos quejábamos de cuanto ha pasado en el Real! Al final siempre hay lugares donde las cosas aún pueden ser incluso peores. He aquí un repaso.

Todos ustedes conocen ya el desenlace de un enfrentamiento anunciado en estas líneas hace casi tres años. Pasó cuanto preveíamos: en la Scala no han quedado ni Fontana ni Muti. Ha quedado, y tan solo de momento, Mauro Meli, el ariete de Muti para cargarse a Fontana. Dice sentirse muy triste; no es extraño puesto que también podría tener que hacer las maletas próximamente. Tras veinte años dictatoriales el nivel de la Scala había descendido considerablemente como consecuencia de la política de no querer que dirigiesen posibles competencias y de no tener ni idea de voces. ¿A cuántas se habrá cargado el maestro? Cheryl Studer y Chris Merritt son los casos más obvios. Pero eso sí, como es un gran director, ojalá que a alguien en España se le ocurra dar trabajo a este ilustre parado.

En Palermo casi se repite la historia contada en el Padrino III, que tenía por escenario la sala y los palcos y en el remate final la soberbia escalinata del impresionante teatro. Quemaron el coche de Pino Cuccia, el asesor artístico que antes lo fue de la Maestranza sevillana, y le despidieron luego sin indemnización alguna esperando que, cuando fallen los lentísimos tribunales italianos, ya no quede ningún responsable en activo. Aún da para más nota haber tenido tres directores generales en cuatro años: Desderi, Carrillo y ahora Cognata.

Pero la última guerra está teniendo lugar en Munich. En enero de 2006 vencen los contratos del intendente, Peter Jonas, y del director musical, Zubin Mehta. Hace un año fueron nombrados sus sustitutos, Christoph Albrecht y Kent Nagano. Debían empezar a trabajar en la temporada 2006-07, mas he aquí que ambos se han peleado antes de empezar y Albrecht ha sido despedido. Es más, Peter Jonas, que se cargó el gran repertorio alemán e italiano en beneficio del barroco -los músicos de la orquesta están felices cobrando lo mismo por trabajar la mitad de veces-, ha llegado a ofrecer continuar un año más, ¡¡¡incluso sin cobrar!!! Y yo, a través del ministerio de cultura bávaro, los que deciden, sé bien lo que allí se piensa y puede haber sorpresas. ¡Hay que ver lo que da de sí la ópera! Dentro y fuera del escenario.