Image: ¿Salvajes? Pobre Pere

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Opinión

¿Salvajes? Pobre Pere

16 marzo, 2006 01:00

Pérez-Reverte, Andrés Lima y el poeta y académico Pere Gimferrer. Abajo, Antoni Tápies y Marilyn Monroe

Gimferrer, víctima de sus manejos publicitarios. Pero sus cartas ponen. Los buenos libros de Pérez-Reverte y sus malas poses. Andrés Lima prepara para el Centro Dramático Nacional un Marat-Sade con enfermos de un psiquiátrico. Los hombres de las cavernas también las preferían rubias, por aquello de la evolución. Tàpies, el único español vivo entre los 100 nombres del Artist Ranking.

Me explico, que luego dicen que escribo para iniciados: resulta que ¡en abril del año pasado! Pere Gimferrer concertó con la directora de esta revista la publicación en El Cultural de unos poemas inéditos de un libro futuro que iba a titularse Amor en vilo, y de una entrevista. Desde entonces, con la premura e insistencia que caracterizan al poeta, hablaron una y mil veces del tema, de su estado emocional, mes a mes, con pelos y señales. Para descubrir al final que, llegado el momento y a pesar de lo pactado, Gimferrer había orquestado una promoción que contaba con la colaboración involuntaria de todos los medios. El Cultural debía retrasar la primicia, porque primero iba El País, luego tú, tú, tú y tú.Y le salió mal, claro, porque el postre (la publicación de los poemas y una entrevista en El Cultural el 16 de marzo) se convirtió en el aperitivo del viernes 10, en El Mundo. Y ahí fue el llanto y el crujir de dientes, y las amenazas judiciales y las cartas al director. Y qué cartas, señores, qué carta, hablando de “expolio”, “pillaje”,“publicación salvaje”, qué locura. Salvaje por qué, Pere? ¿Por qué te va tanto la vida en no quedar mal con El País? ¿Salvaje porque ni El Cultural ni otros medios se prestaron a formar parte de tu campaña de promoción? ¿Desde cuándo es el entrevistado quien decide cuándo y cómo se publica una entrevista?¿No es más salvaje defraudar la palabra dada como hiciste tú, Gimferrer? No hagas pensar que tus cartas te retratan mejor que tus versos. Cada vez me gustan más las novelas de Arturo Pérez-Reverte y me joden más sus poses. La semana pasada me defraudó casi tanto como cuando ofendió a sus editores diciendo que si les enviaba la guía telefónica la publicarían. Se equivoca. Se equivocó también, sí, al abandonar el “chat” de elmundo.es con sus lectores “por considerar poco inteligente la selección de preguntas”. ¿Por qué insultar así a sus lectores y editores? Cuando oigo algo así me acuerdo siempre de la divina Joan Crawford que, tras retirarse del cine y casarse con el dueño de Pepsicola, le negó un día el autógrafo a una niña que se acercó a su limusine diciéndole:“Ya no te necesito”. ¿Se creerá Pérez-Reverte que ya no necesita a sus lectores? Porque eran únicamente sus lectores quienes le preguntaban. Andrés Lima, director de Animalario y otras galas, anda ensayando con enfermos de un psiquiátrico una obra que, precisamente, se desarrolla en un manicomio. Y no es un ejercicio terapéutico, sino un encargo del Centro Dramático Nacional. Se trata, como habrán adivinado, de Marat-Sade. Peter Weiss se inspiró en las representaciones que el Marqués de Sade ofrecía en el manicomio de Charenton, donde estaba recluido y al que acudían los revolucionarios franceses a ver las piezas que el libertino montaba con los enfermos. ¿Qué hará Lima con todo esto? Si levantara la cabeza la buena de Anita Loos (ya saben, la autora de Los caballeros las prefieren rubias y de su continuación, Pero se casan con las morenas) comprobaría que la ciencia le ha dado la razón. Verán, según los científicos de las universidades de St. Andrews, en Escocia, y de Central Lancashire, en Inglaterra, el hombre de las cavernas también las prefería rubias, por culpa de la evolución. Al parecer, el pelo rubio y los ojos azules aparecieron a fines de la edad de hielo como reacción a la escasez de alimentos y sobre todo de hombres (que se embarcaban de cacería). El desproporcionado número de mujeres generó “una fuerte presión en la selección sexual”, según el estudio. Un posible resultado de ello fue la aparición de colores poco habituales en los cabellos, agrega. ¡Y luego dicen que Marilyn no es eterna! Sólo un español vivo, Antoni Tàpies, aparece entre los 100 primeros nombres del famoso AR o Artist Ranking elaborado por Artfacts.net. Una lista única que no sólo valora la situación del artista en el mercado (subastas y galerías) y en las grandes exposiciones internacionales, sino que gracias a una ecuación matemática se atreve a aventurar cómo le irá a ese artista en el futuro. En su web publican los gráficos y todo tipo de explicaciones que nos ayudan a entender el método. Los más jóvenes de estos primeros puestos: Damien Hirst (1965) y Thomas Demand (1964), cuya exposición en el MoMA fue por cierto una de las más visitadas de todo el mundo el pasado año. P.D.:Me cuentan en la redacción que la semana última disfrutaron como hacía tiempo que no lo hacían. Se dieron cuenta de que las cartas, y así, les ponen.