Opinión

¡Ay de ti si te pasas!

18 mayo, 2006 02:00

A los lados, Ignacio Carrión y Roman Polanski. en el centro, Jacobo Siruela, Joan Lluís Bozzo y Daniel Barenboim

Las sugerencias del premio Príncipe de Asturias de Comunicacación. Ignacio Carrión planta un olivo en la Gran Manzana y Bozzo, su Mikado en Madrid. Lo que viajan los poetas. Ba-renboim dará la nota en la Scala de Milán, o cómo los grandes escenarios mueven ficha. Las prisas de unos (Destino) y las de otros (la Carlos III y sus Doctorados). Brindis por las pequeñas distribuidoras de cine.

Tanto, tanto lo deseaban que han incurrido en errores que dieron al traste con sus deseos. Los amigos de "La Vanguardia", que son muchos y poderosos, querían el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades para el diario y las presiones que han ejercido sobre el jurado han hecho época. No recuerdan los miembros del jurado (muchos de ellos) tal avalancha de llamadas, mensajes y sugerencias de catedráticos de universidad, políticos, banqueros y otras gentes del poder. ¿Resultado? El premio se ha ido para "National Geografic". Ya lo dijo don Mendo, ahora tan de moda gracias a Rato: "Y el no llegar da dolor/ porque indica que mal tasas./ Pero, ¡ay de ti si te pasas!/ Si te pasas, es peor".

Los poetas españoles no venden demasiado, vamos, la mayoría no vende casi nada, alguna promesa hay que ni escribe, pero, ¡lo que viajan! Hay a quien su familia no ve desde febrero, porque ha conseguido empalmar, cual Marco Polo, la estancia ovetense de marzo con la Cosmopoética cordobesa de abril, y Logroño, y el homenaje a Rozas en Cáceres, y Barcelona, y la poesía en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y Valencia, y ayer Granada, y pronto Buenos Aires y Bogotá...

Esta tarde, en el Instituto Cervantes de Nueva York, se presenta un libro tan delicioso como aceitoso y lleno de encanto. Es el Diario de un vendedor de olivos en Manhattan, de Ignacio Carrión e ilustraciones de Alfredo González, y narra las aventuras de un visionario dispuesto a inundar la ciudad de los rascacielos de olivos de Osuna. Si pueden, no se lo pierdan, y sueñen también con plantar un olivo descomunal en la zona cero.

Me da que pensar que un hombre tan listo como Joan Lluís Bozzo se dedique en los últimos años a recuperar las viejas glorias del teatro musical que fueron éxitos de su compañía Dagoll Dagom (hoy productora). La verdad es que volver a ver, 20 años después, el delirante, delicioso y desternillante Mikado es un gozo. En el Gran Vía de Madrid.

El suplemento literario del Diario de León, "Filandón", acaba de publicar su número 1000. Mil semanas manteniendo un excelente nivel e independen- cia de juicio es para felicitarle y felicitarnos. Alzo mi copa por Filandón, sí señor.

Todos los rumores apuntan a que Daniel Barenboim será el próximo responsable musical de la Scala de Milán, tras la marcha del atormentado Muti, y por propuesta de su amigo Stephane Lissner, factotum del templo lírico italiano. Parece que, por el momento, asumirá el cargo de principal director invitado, coincidiendo con el fin de su contrato con la Sinfónica de Chicago y sin dejar su puesto en la Staatsoper de Berlín. La historia de sucesiones promete, ya que dicen que Muti sustituirá entonces al argentino en Chicago. Para no perdérselo.

Tras la pelea (literaria, se entiende) entre la Atalanta de Jacobo Siruela y Destino por adelantarse en la publicación de la primera parte de la mítica Historia de Genji, parece que es la editorial planetaria quien ha ganado el segundo round, entre otras cosas porque Siruela siempre tuvo muy claro que la suya saldría este otoño, y que, tras esperar mil años para conocer al clásico, las prisas tampoco aquí son buenas consejeras.

Tampoco se puede acusar a la Universidad Carlos III de Gregorio Peces Barba de precipitarse precisamente con sus Doctorados Honoris Causa. Ahora acaba de anunciar la concesión (póstuma, claro) de uno a Julio Caro Baroja, que murió en agosto de 1995. Claro que, con ese criterio, la nómina de sus doctorandos puede ser de excepción. Imaginen si en diez años le otorgan los suyos a Leonardo da Vinci, o a Colón.

Me quito el sombrero ante las pequeñas distribuidoras de cine obligadas a sobrevivir en el monopolio imperialista de las ‘majors’, sobre todo ahora que el Tribunal de la Competencia ha desenmascarado sus sucios tejemanejes. Notro Films, por ejemplo, sigue dando ejemplo de criterio y resistencia, rescatando grandes películas que nunca llegaron a estrenarse en nuestro país. Lo hará cada dos semanas, y comienza con La Chinoise, de Godard, a la que seguirán Ozu, Clouzot, Polanski...

Y termino con el reciente Congreso que la Asociación de Autores de Teatro ha celebrado en Soria: muchos grupos se han quejado de que sólo les contratan giras de actuaciones en la comunidad autónoma donde se encuentran, como si para ir a cualquier otra hubiese barreras infranqueables.¿De qué se sorprenden? Para las empresas culturales autonómicas el mundo acaba en sus fronteras.