Image: Así que pasen 25 años más

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Opinión

Así que pasen 25 años más

6 julio, 2006 02:00

Arriba, Ingrid Rubio, Plácido Domingo y Lucía Etxebarria. Abajo, Francisco Rico y Luis Landero

El epistolario personal de Vicente Aleixandre o la incógnita de la vida íntima del poeta. Últimas noticias sobre los foros de ‘elcultural.es’. Escritores contra escritores, lo más divertido de la temporada que viene. Aunque no se le note, Francisco Rico no quiere hablar del plagio. Puente cinematográfico entre Madrid y Buenos Aires. Plácido Domingo llegó, vio y venció en el Teatro Real.

Tendrán que pasar 25 años para poder ver publicada una correspondencia jugosísima, rebosante de poesía, poblada de poetas y trufada de claves de la vida literaria durante los oscuros años del franquismo. La donación del espistolario personal de Vicente Aleixandre tiene como condición esa reserva de 25 años. El contenido íntimo de tres mil cartas escritas por el poeta y dirigidas todas ellas a la misma persona hace necesario, me aseguran, este compás de espera. El destinatario de este diario personal es, de momento, X. Ya habrá tiempo de descifrarlo. Serán ustedes los primeros en saberlo.

Los foros de www.elcultural.es lo mismo encienden polémicas que descubren presuntos plagios. Por ejemplo, el escritor mexicano Teófilo Huerta acusa a Saramago de haber tomado un cuento suyo de 1983, "últimas noticias", como base para Las intermitencias de la muerte. Y para ilustrar su acusación da nueve ejemplos de "las varias ideas y hasta palabras del cuento recogidas por el afamado escritor", como "no murió nadie ayer’, ‘en unos de día, en otros de noche’, ‘una acuciosa investigación en todos los velatorios y hospitales’, ‘un trabajador, tras caer desde un piso doce, no se levantó de la acera’, que no parecen, la verdad, muy concluyentes. La cosa es que lo ha denunciado ante la Dirección Jurídica del Instituto Nacional del Derecho de Autor de México, sin mucha fortuna: al parecer nadie acudió representando legalmente al portugués en una primera reunión, porque los abogados de Huerta no sabían que el domicilio de Saramago no coincide con el de la editorial Santillana.

Como lobos hambrientos aparecen un buen puñado de autores españoles y extranjeros en uno de los libros más divertidos de la próxima temporada, Escritores contra escritores. Lo publica El Aleph en otoño, y en él se reúnen las puñaladas traperas más ingeniosas o despiadadas sobre sus colegas de Cela, Lucía Etxebarría o Vila-Matas entre los nuestros, y de Martin Amis, Jane Austen, H. G. Wells, entre los de allá. Y luego dicen que yo soy malo...

Madrid se apunta al boom del cine argentino (por cierto, no se pierdan Tiempo de Valientes, de Damián Szifron). La próxima semana comienza en Buenos Aires Madridcine 2006 como respuesta al Argencine 2005 que se celebró en Madrid. La iniciativa de ida y vuelta está organizada por la Comunidad de Madrid y el INCAA argentino y homenajeará, entre otros, a Mercedes Sampietro, Ingrid Rubio y José Sacristán. Conocimiento mutuo e intercambio entre las respectivas industrias serán los puntos calientes (pese al invierno austral) del encuentro.

Nada nuevo. El tiburón de Damian Hirst ya venía oliendo a podrido desde hace meses. Se lo conté entonces en este corral: desde que fue vendido a un multimillonario americano por casi 10 millones de euros, el feroz animal conservado en formol había dado muestras de "debilidad" y se apreciaban signos de evidente agonía. Ni los veterinarios ni los artistas se ponen ahora de acuerdo. El único que lo tiene claro es el galerista autor de la compraventa, el famosísimo Larry Gangosian, que compara la muerte del bicho con la sustitución de un tubo de neón de una pieza de Dan Flavin. ¿De qué se extrañan? Es el arte de hoy, imbécil.

Me cuentan que Pablo Tusset, el del cruasán, vuelve a la novela (publica a final del verano En el nombre del cerdo) tras un lustro de silencio, pero que como aún no se ha recuperado de los bolos de su opera prima, no quiere saber nada de periodistas ni promociones. Y que Luis Landero anda encerrado rematando su próxima novela y tampoco está para nadie, o casi. También Rafael Reig está desaparecido, aunque al menos Muñoz Molina prepara su regreso, pues tiene su próximo libro en capilla, como Alicia Giménez Bartlett, ángeles Caso y Fernando Aramburu.


Es lo que tiene ser una estrella. Desde Tokio y vía Londres, Plácido Domingo llegó a Madrid para cantar Luisa Fernanda justito justito para el último ensayo, un día antes del general. Algo que no hizo mucha gracia al siempre laborioso López Cobos, que llevaba ya semanas trabajando junto a la orquesta y el resto de cantantes. Claro que la locura general que provoca cada una de las actuaciones del tenor lo borra todo.

Leo en el "El País"que Francisco Rico no ha querido hablar de la condena al director de áltera por el plagio de un libro suyo. ¿Que no quiere hablar? ¿Era entonces un doble quien se lo contó a todos, relamiéndose, por fas y nefas? ¿Quién si no ha escrito la nota del periódico? Es verdad: era Carlos Yarza.