Opinión

Expedientes X

18 enero, 2007 01:00

Jordi Úbeda, Sylvia Plath, Harold Pinter y Ana Martínez de Aguilar

Lo del nuevo presidente del Gremio de Editores. RBA, el secreto del éxito. Pinter y el remake de La huella. Las cartas cruzadas de Ted Hughes y su amante. El penoso cierre de la Librería Española de París y el aún más penoso olvido de su fundador. Auster, o el misterio del baloncestista que jugaba al béisbol. Nocilla Dream y el premio imposible de Fernández Mallo.

La Federacion de Gremios de Editores de España ha nombrado nuevo presidente a Jordi úbeda i Bauló, de Publicaciones de la Abadía de Montserrat. ¿Una estrategia cara a la Feria de Francfort de este año, para aunar voluntades algo levantiscas? Me malicio que sí, porque ¿algun editor cree que Publicaciones de La Abadía sufre los problemos habituales del sector? ¿Tienen acaso amplia distribución los ciento cuarenta ejemplares que edita al año? ¿Qué presupuesto tiene para la traducción? ¿Algún contratiempo en el balance tras la consabida subvención de la Generalitat?

Algún día habrá que desvelar los secretos de la irresistible ascensión del grupo RBA, que en los quince años transcurridos desde su creación en 1991 se ha convertido en el quinto grupo de comunicación de capital español, líder de revistas y coleccionables, y que en el último ejercicio facturó 317 millones de euros. Al parecer, el grupo que lidera Ricardo Rodrigo, que sólo el año pasado absorbió Gredos y "El Jueves" y que ya contaba con La Magrana (2000), Molino (2004), Serres (2005) e Integral (1998), apuesta ahora por la televisión, pero sin perder de vista la adquisición de sellos en crisis con que sorprendernos a no tardar.

El nobel Harold Pinter ha escrito el guión del remake de La huella, esa estupenda película-juego dirigida por Joseph L. Mankiewicz en 1972. Basándose en la obra teatral de Anthony Shaffer, Pinter lo habrá tenido bien difícil para darle otra vuelta de tuerca a un guión tan perfecto como el que el propio Shaffer escribió hace 35 años. El filme, cuyo rodaje ha comenzado en Londres, lo dirige Kenneth Branagh y... ¡sorpresa! Michael Caine volverá a protagonizarlo, sólo que esta vez asumiendo el papel que entonces recayó en Laurence Olivier. El personaje del joven Caine, como ocurriera con Alfie, será cosa de Jude Law. Interesante duelo de intérpretes

Menos mal que Ted Hughes le pidió a Assia Wewill, la mujer por la que abandonó a Sylvia Plath, que quemase sus cartas de amor. Eran 60, acaban de ser adquiridas por la Universidad de Emory, y permiten comprender el estado de ánimo del poeta en esa crisis. Y no es para menor, porque Plath se suicidó tras conocer el romance, y seis años más tarde Wewill haría lo mismo y de la misma forma.

No ha sido llegar y besar el santo. La primera novela de Agustín Fernández Mallo, Nocilla Dream, merodeó antes de ser publicada por la pequeña editorial Candaya por algún que otro premio literario sin éxito. Entre ellos, por la primera edición en castellano del "Ciudad de Palma", donde se topó aquel año con una estupenda novela del uruguayo residente en La Habana Daniel Chavarría, que le arrebató el premio. Luego el destino ha hecho de las suyas, y Nocilla Dream está en boca de críticos y lectores ése era el título de la novela de Chavarría) fue publicada en bolsillo por Ediciones B y desapareció sin pena ni gloria.

Tres veces al menos se ha reeditado en España una de las primeras novelas policiacas de Auster cuando firmaba como Paul Benjamin, Jugada de presión (Anagrama. Y, sin embargo, en estos casi diez años nadie se ha dado cuenta del error de su contraportada, donde se asegura que quien contrata al detective es una antigua estrella de baloncesto... cuando se trata de un jugador de béisbol, el deporte favorito de Auster. ¿O será un guiño del editor a los chicos de oro del baloncesto español?

Casi en la misma clandestinidad en la que, durante el franquismo, difundió los grandes títulos del exilio español y se convirtió en cita obligada de los autores hispanoamericanos a orillas del Sena, la Librería Española de París acaba de cerrar sus puertas. Y en las crónicas apresuradas de estos días echo de menos el homenaje al desaparecido Antonio Soriano (1913-2005), a quien tanto debe, por ejemplo, Juan Goytisolo, que gracias a él pudo publicar La resaca, cuando la censura impedía que viera la luz en España.

Invadida también por la memoria histórica, Ana Martínez de Aguilar y su Museo, el Reina Sofía, inaugura el año con Revistas de guerra. 1936-1939, una exposición al más puro estilo Biblioteca Nacional. Menos mal que al fin se atisba exposición en el Palacio de Velázquez, cerrado durante todo el año pasado: será en el mes de junio y el protagonista, un Carlos Pazos que llega del brazo de Manuel Borja-Villel.