Image: Susanna Tamaro

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Opinión

Susanna Tamaro

Sala segunda de lo novelesco

22 marzo, 2007 01:00

Susanna Tamaro

Han sido vistas las diligencias seguidas contra Doña Susanna Tamaro y ha sido probado y así se declara como:

HECHOS PROBADOS
1.- Que Doña Susanna ha escrito una novela titulada Escucha mi voz y que dicha novela ha sido un éxito editorial, con más de trece millones de ejemplares vendidos (según afirma el editor en una faja).
2.- Que dicho libro es una novela juvenil y sentimental en la que una mujer cuenta la vuelta a la casa de la abuela con la que se crió. Dicha abuela se vuelve turulata y por fin se muere tras poner a prueba la paciencia del lector durante más de cuarenta páginas. La mujer lee un diario de juventud de su madre, identifica a su padre y va a buscarlo. Lo encuentra, pero no contenta con eso, se conoce que en busca de sus raí-ces, se va a un kibutz israelí y luego a Tierra Santa a buscar a Dios (lo encuentra, encima). Allí se entera de que su padre se ha matado (no sin dejar una carta para ella, como hacen todos los personajes del libro) y vuelve a casa. Moraleja: la niña se ha dado cuenta de que sus padres eran unos izquierdistas revolucionarios, sesentayochistas y ateos, es decir: unos egoístas que sólo pensaban en sí mismos, sin saber que la tradición y la fe son lo único que de verdad hace buenas y felices a las personas.
3.- Que los peritos de este tribunal no habían leído nada tan melodramático y almibarado desde La vida sale al encuentro, del padre José Luis Martín Vigil, el autor que más parece haber influido en Doña Susanna Tamaro.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
Los hechos probados son constitutivos de los delitos de extorsión lacrimógena y fraude masivo. El libro se abre con la mujer que se recuerda de niña, "en clase con una profunda sensación de ajenidad" [sic], la misma que consigue transmitir al lector mediante un estilo tan pedestre como pomposo ("era como si se subsiguieran los tsunamis" o "no lograba inserirme en el curso de sus frases", al parece por: no atendía a lo que me estaba diciendo). En su infancia la protagonista fue una niña insufrible (merecedora de caer en manos del Dr. Estivill) y debió de interrumpir su desarrollo intelectual hacia los ocho años, puesto que ya adulta sigue haciéndose preguntas triviales sobre el sentido de la vida y por qué venimos al mundo "sin que nos hayan consultado" [sic]. Lee el diario de su madre, que es semejante al de una muñeca Barbie modelo "Radical Chic de los 70", y así se entera de que, antes de que ella naciera, su madre abortó, al parecer con la maliciosa finalidad de provocar que la narradora reflexione sobre "aquel hermano o hermana a quien no había sido dada la posibilidad de nacer". El que la dejó embarazada y el que años después volvió a hacerlo es (¡oh, sorpresa!) la misma infame persona", su padre. El acartonado personaje es un radical que ha arruinado su propia vida y la de sus seres queridos a causa de sus pamplinas revolucionarias y su falta de sentido de la responsabilidad. La narradora se desplaza a Israel donde encuentra a varios tipos parlanchines, rebosantes de sabiduría y temor de Dios, que le encajan de buenas a primeras la rudimentaria moraleja de la novela: la verdadera libertad es la entrega, la fe, la creencia en Dios y en la tradición, etc. Como consecuencia de esto, la narradora se pone a leer la Biblia sin parar, hasta que le notifican la muerte de su padre, que también ha dejado una carta (no podía faltar) en la que reconoce sus errores. Luego encuentra otra carta, ésta de su abuela y dirigida a ella (se veía venir), con cuyo primer párrafo y puntos suspensivos termina la novela, lo que constituye una indudable y delictiva amenaza de continuación.

ACUERDO
Que debo condenar y condeno a Doña Susanna, como autora de los delitos de extorsión lacrimógena y fraude masivo, a la pena de redactar, durante las siguientes cinco elecciones generales, los programas de todos los partidos políticos, con la accesoria de que, puesto que nadie percibirá la diferencia, deberá hacerlo con el mismo sentimentalismo retumbante y la misma vacuidad impostada que utiliza en su novela.

Así lo pronuncio, mando y firmo

Contra esta resolución cabe interponer recurso de apelación en el plazo de siete días ante el juzgado digital de segunda estancia: www.elcultural.es