Opinión

La hora pop

por Juan Palomo

28 junio, 2007 02:00

El "caso" Juan Ramón crece en la prensa internacional. El Palau de Valencia despega con grandes figuras internacionales. Juan Bonilla recrea los comienzos de Marbella (antes de la burbuja inmobiliaria). Batalla por la sucesión en el Teatro de la Zarzuela. La Alhambra o la obligada "Nueva Maravilla". Clint Eastwood y la memoria nipona ¿Peligra el sello RTVE?

Los bellos poemas inéditos de Juan Ramón están llegando a espacios asombrosos. Desde que vieron la luz en las páginas de El Mundo (para escozor y otras irritaciones de los verdaderos pobres de espíritu) los versos juveniles- eróticos-humanos de uno de nuestros más grandes poetas arden como pasto en las portadas de los diarios europeos por ser unas novicias inocentes el objeto de su amor. Páginas enteras en el Corriere della Sera y la Repubblica, The Guardian titulando la noticia de los inéditos "Sex in the convent", entrevistas con el editor en la BBC... Y aquí un grupito de personas asustadas y santiguándose. ¿Pero a quién escandaliza? ¿No está el talento poético de Juan Ramón muy por encima de estas pequeñeces? ¿Acaso importa, un siglo después, quiénes fueron concretamente aquéllas chicas? Por favor... Menos mal que José Antonio Expósito, a quien debemos la publicación de este Libros de amor que les recomiendo, anda ya por Puerto Rico ordenando y transcribiendo más notas y poemas de Juan Ramón nunca publicados. El objeto de sus versos serán esta vez los poetas de la generación del 27. Para que no decaiga el morbo

El Palau de les Arts ha vuelto a dar la campanada. El despliegue de figuras es apabullante y aunque el Liceo y el Real se han puesto las pilas, nada, si echamos la vista sobre el listado que exhiben los valencianos: Maazel, Saura, Lepage, Philip Glass, Mehta, Guleghina. Hasta se han atrevido a recuperar la mítica, y revulsiva versión de La corte de Faraón de Francisco Negrín de la Zarzuela, una lectura genial que el coliseo madrileño sigue sin atreverse a reponer por el provinciano "qué dirán". Otra cosa es que los pagos del Palau van como van. Los retrasos acumulan meses y meses.

¿Quieren saber qué tienen en común Edgar Neville, Jean Cocteau, Orson Welles, Sean Connery, Juan Goytisolo, Sánchez Dragó y Ava Gardner? No se pierdan el último libro de Juan Bonilla, una perla ilustrada donde se relata, en clave pop, los comienzos, auge y caída de Marbella (con imágenes, ay, de campos abiertos aún sin urbanizar) y Torremolinos. Se titula La Costa del Sol en la hora Pop y lo edita casi en formato juvenil la Fundación Lara dentro de su colección sobre las ciudades andaluzas. Por cierto, gracias Juan por las pistas sobre los libreros de viejo y sus cotizadas primeras ediciones en Marbella, San Pedro y Nerja. A ver si llego a tiempo.

La otra noche hubo celebración teatral en la prisión de Alcalá-Meco. Un grupo de internas, las de la Compañía Yeses que integran las propias presas, festejó como propio el Premio Dionisos a la labor teatral con repercusión social que la UNESCO de Madrid ha concedido a Elena Cánovas. Deben saber ustedes que, desde que la directora de teatro fundó la compañía hace 20 años, cuando trabajaba en la cárcel de Yeserías, han pasado por el grupo dos mil mujeres que han representado obras de teatro dentro y fuera de la cárcel con bastante éxito, y que la noche fue estupenda.

Batalla sorda, y campal, por la sucesión de Miguel Roa en la dirección musical del madrileño Teatro de la Zarzuela. De momento, dos contendientes: Miguel Ortega y José Fabra, de distintos colores y latitudes que no las tienen todas consigo, porque podría salir un tercero de alguna esquina. Les tendré al tanto.

Mis amigos "clásicos", por cierto, me hacen preguntas en los descansos de los conciertos que no sé contestar. Se las traslado tal cual: ¿Qué razón ha llevado a retrasar tanto la presentación del Festival de El Escorial? ¿Es cierto que vientos de crisis se ciernen entre el grupo de socios? ¿Cuál de ellos podría abandonar el barco? ¿Alguien sabe qué va a pasar con el sello RTVE con la nueva corporación?

Clint Eastwood quiso hacer dos películas que pusieran en solfa el imperialismo de su país. Hablo de su díptico Banderas de nuestros padres y Cartas de Iwo Jima. Como ya sabrán, a los habitantes de esa isla japonesa no les ha gustado nada la segunda, incluso solicitaron con éxito que la ínsula recupere el nombre que tenía antes de la contienda: Iwo To. Al parecer, los lugareños están hartos de que su tierra se convierta en un parque temático. Pobre Clint, y él que pensaba que lo suyo era el summum del multiculturalismo.

P. D. Sí, no se olviden de votar a favor de la Alhambra aunque maravilla, maravilla, fue, es y será antes, durante y después del 7 de julio.