Opinión

Terremotos

La Papelera de Juan Palomo

18 octubre, 2007 02:00

Jean-Luc Godard, Olvido García Valdés, Don Delillo y Lourdes Fernández

La quiniela de la Academia Sueca y las variantes con Doris Lessing. Ya les avisé con el Nacional a García Valdés. ¿Tan difícil es guardar las formas en los premios? Que se lo pregunten a Fernando Martínez Laínez. Godard reaparece en Berlín. Arco 2008 calienta motores. Sorpresa en la cena aniversario del Guggenheim de Bilbao. La Feria de Guadalajara, de órdago.

Descartada desde hace décadas como candidata al premio Nobel por la propia Academia Sueca, Doris Lessing parece haber ganado el de Literatura como solución de compromiso ante la división del jurado... Murakami y Auster son aún muy jóvenes; Delibes, Sábato y Ayala, muy viejos; Vargas Llosa, demasiado polémico, e hispano, como Fuentes; y Philip Roth o Don DeLillo, no sé, ¿demasiado buenos, demasiado americanos? Hace catorce años que ningún escritor yanqui gana el premio, desde Toni Morrison (1993); diecisiete que la Academia no mira al castellano (Octavio Paz, 1990) y veintidós que ignora al francés (Claude Simon, 1985). Y no hay estrategia que valga: si hace un año, meses antes de la concesión a Pamuk Ayala inauguraba en Estocolomo la Biblioteca del Cervantes que lleva su nombre, Amos Oz podría ser el penúltimo visitante, arrastrado a Suecia por sus editores nórdicos, que regresa de vacío.

Que sea una de nuestra mejores poetas, (hablo de Olvido García Valdés), que haya escrito un buen libro (Y todos estábamos vivos) no disipa las sospechas (¿o son certezas?) de que este Premio Nacional de poesía ha sido una componenda impresentable. Que yo les advirtiera hace dos semanas lo que tramaba parte del jurado no era, como saben, producto de mi imaginación. ¿Entonces? ¿Ni siquiera guardar las formas?

Ya se sabe que una editorial privada puede (y suele) hacer con sus premios lo que se le antoja, pero no estaría de más cuidar también aquí las formas. Verán, a mediados de septiembre Edaf hacía público el fallo de su V premio Algaba, concedido en la modalidad de Biografía a Almudena de Arteaga por Magistra reginarum y en la de Investigaciones Históricas a Fernando Martínez Laínez con su obra Los guerrilleros en la guerra de la Independencia (1808-1814). Lo malo es que, tres días después, el propio Laínez era jurado de otro premio de Edaf, el Finis Terrae. ¡Qué casualidad! ¿no?

El 1 de diciembre, Jean Luc Godard recibirá en Berlín el Premio a la Contribución Europea al Cine Mundial 2007. Lo raro es que haya confirmado que irá. Será una gran ocasión para comprobar que está vivo. Y es que lleva años siendo un fantasma. Hasta tal punto que en una entrevista en The New Yorker explicaba que había recortado una viñeta gráfica que explicaba su situación: "Un unicornio sentado a una mesa de oficina hablando por teléfono con un bocadillo en el que se lee: Estos rumores sobre mi inexistencia me están dando muchos problemas para encontrar financiación".

Y hablando de premios y de casualidades, parece que lo del premio Juan Rulfo de este año, que concede la Feria del Libro de Guadalajara, sí que es de órdago. Resulta que el principal candidato parecía ser Fernando Vallejo (tan encantador en las distancias cortas como devastador con la pluma). Pues no, el ganador ha sido Fernando del Paso, quien, de nuevo por esas casualidades, dirige una colección literaria en la Universidad de Guadalajara, que es quien organiza la Feria. O sea.

Los galeristas que han logrado entrar en ARCO 2008 (cada vez menos, ya saben) han tenido ya la oportunidad de visitar los nuevos pabellones que Ifema ha destinado al arte contemporáneo. Son también dos, pero diferentes. Las dos alturas de uno de ellos promete polémica. Durante la visita guiada por la directora Lourdes Fernández, varias galeristas mostraron su preocupación al respecto. Otras, encantadas, la comparan ya a Art Basel.

Y mientras en Ifema trabajan a contrarreloj, las galerías españolas se mueven ya como Pedro por su casa por las ferias europeas (¡qué remedio!). De Frize a Fiac (de Londres a París). Por favor, queridos galeristas, tengan cuidado en Londres que el "terremoto" de Doris Salcedo en la Tate ha causado ya varios heridos (y no es una metáfora).

Asistí a la cena-celebración de los diez años del Guggenheim Bilbao. Reinaba con todo su talento Thomas Krens, director de la "galaxia" Guggenheim, mientras la consejera Miren Azkarate farfullaba en euskera un discurso larguísimo que apenas nadie en la sala comprendía. Al lado, una exposición sensacional, gorda de trazo, pero agradable de ver, como manda la casa. Y sobrevolando la noche una perfecta ausencia de España. El vuelo semántico Euskadi-USA, USA-Euskadi fue toda la noche directo, sin escalas. Aunque alguna ocasión hubo de conectar con Berlín o Río de Janeiro.