Image: Un historia lenta

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Opinión

Un historia lenta

Juan Palomo

10 abril, 2008 02:00

García Márquez, José María Merino, Plácido Domingo y Fernández Mallo.

No es que la Real Academia española se mueva, es que es un sinvivir de iniciativas: tras elegir a hace dos semanas a José María Merino y a José Luis Borau (¡enhorabuena, maestros!) para sustituir a Claudio Guillén y Fernán Gómez como nuevos miembros, me cuentan que Javier Marías lee el próximo 27 de abril su discurso de ingreso, y que habrá que esperar hasta primeros de junio para escuchar el de Darío Villanueva, que va de cine y promete, aunque sus cómplices no quieran adelantar nada.

Los que sí comienzan a adelantar sus planes son los responsables de la III Noche de los Libros: será, claro, el 23 de abril, y contará con 123 librerías madrileñas, que permanecerán abiertas hasta medianoche para ser punto de encuentro de 350 escritores de vario pelaje -ya saben, ficción-no ficción, río, fragmentados- como Luis Mateo Díez, Mendicutti, Lorenzo Silva, Luisa Castro, Prada o Molina Foix, cineastas como álex de la Iglesia y Julio Medem y otras muchas especies que cogerán el AVE, ida y vuelta, para firmar por la mañana en las Ramblas y quemar la noche en la calle de Alcalá. Con dos estrellas a destacar: el siempre peligroso Michel Houellebecq, y la incombustible Patti Smith.

Nocilla Experience no es una novela al uso así que ¿por qué debiera presentarse con la comilona / rueda de prensa al uso? El Día del Libro, los de Alfaguara van a liar una buena. Han preparado una presentación/fiesta/concierto cuya invitación ha difundido con un gran mailing electrónico el propio Fernández Mallo. Animarán el sarao dos de los grupos poperos del momento: La Costa Brava y Señor Chinarro, del que el autor es grupi declarado. ¿Y cómo se apunta uno a la fiesta? Pues al estilo discotequero. No hay más que contarle al bueno de Agustín con cuánta gente te acercas a La Casa Encendida de Madrid con esa fórmula que conoce cualquier portero de garito, pub o similar: "Juan Palomo +2".

Parece seguro ya que el mejor tenor de todos los tiempos, Plácido Domingo, va a ser la estrella (con permiso del Papa) de la misa que Benedicto XVI oficiará en un estadio de Washington el 17 de abril durante su primera visita como pontífice a Estados Unidos. Domingo interpretará el Panis Angelicus de Cesar Franck, mientras la mezzo soprano Denyce Graves cantará We Are One in the Spirit. El puertorriqueño José Feliciano cantará también en la misa del 20 de abril, último día de la gira papal.

Los estudios de rodaje la Ciudad de la Luz de Alicante tienen a media Europa en vilo. Les cuento. La Unión Europea está estudiando la legalidad de las subvenciones que la Generalitat valenciana ha dado a estos estudios por lo que peligra la buena marcha del proyecto. Cuestiones burocráticas, sí, pero de momento el director francés Luc Besson, que se encuentra en plena fase de construcción de sus faraónicos estudios La Cité du Cinéma, ha recurrido a la financiación privada para evitar un desenlace similar, o sea la posibilidad de que le cierren el chiringuito nada más nacer. El caso es que los estudios se está poniendo de moda. Madrid está en ello y rumanos y alemanes, me cuentan mis fuentes en Los ángeles, están haciendo agresivas campañas en Hollywood para atraer rodajes de películas a sus respectivas ciudades.

La correspondencia entre escritores nos cuenta muchas veces más que sus propios libros. Recuerdo, por ejemplo, las de Octavio Paz, Barral, Delibes, Cernuda, Juan Ramón, por supuesto... Estos días se planta sigilosamente en las librerías el libro que Jacinta Cremades ha preparado sobre la correspondencia entre Jorge Guillén y el hispanista francés y también poeta Jean Cassou. Se lo aconsejo. El alma de aquel tiempo perfectamente dibujada. Escribe Guillén, por ejemplo, "lo de España es como si no tuviese remedio. Tú crees en el ‘hombre español’, yo también, a pesar de todo. Pero qué lenta es a veces la historia"

La Pasión de Cristo sigue generando polémica cuatro años después de su estreno. El guionista de la película, Benedict Fitzgerald, dice que Mel Gibson lo engañó diciéndole que el presupuesto era de entre 4 y 7 millones de dólares cuando, al parecer, costó 25. De momento, el australiano ha pedido al juez que todas las cifras del filme permanezcan en secreto. Y es que el protagonista de Arma Letal, como productor, podría haber ganado más de 300 millones de dólares... No suena muy cristiano. l