Image: Rescates necesarios

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Opinión

Rescates necesarios

Por Juan Palomo

19 junio, 2008 02:00

Orham Pamuk, Aída Folch, Gore Vidal y E. de Champourcin.

Ahora que la fútbolmanía parece haber transformado al viejo continente en un inmenso balón, descubro que el Nobel turco Orham Pamuk no rezuma precisamente entusiasmo por ese deporte. Vamos, que considera que en su país tal vez no sea el opio del pueblo, pero "sí una máquina de fomentar el nacionalismo, la xenofobia y el pensamiento autoritario". Lo mejor de todo es que de niño Pamuk era un apasionado del fútbol, como toda su familia, enfrentada porque uno de sus tíos era seguidor del Galatasaray, otro del Besiktas y su propio padre, como Orhan, del Fenerbahce. Su pasión infantil le llevó a coleccionar cromos de futbolistas que, según dice en "Die Spiegel", intenta vender en ebay, y asegura que jugó mucho en las calles, y que "sin falsa modestia, lo hacía bastante bien". ¿Le sacarán tarjeta amarilla por renegar de su pasado futbolero?

Abrumado aún por las cifras de la última Feria del Libro, me parece de justicia resaltar el trabajo espléndido que instituciones como la Fundación Banco Santander realiza en la colección Obra Fundamental, rescatando en ediciones primorosas lo mejor de autores como Francisco Ayala, Rafael Dieste, Benjamín Jarnés o Ernestina de Champourcin... Este último rescate es especialmente emocionante, porque la poeta, que había sido discípula de Antonio Machado, amiga de Juan Ramón y Alberti, y que había estado casada con Domenchina, sufrió, al regresar en 1972 del exilio, el terrible desengaño de descubrir que había sido completamente olvidada.

La imaginación de las distribuidoras a la hora de traducir los títulos de las películas no conoce límites. Esa tendencia al surrealismo se acentúa en verano. Por ejemplo, Forgetting Sarah Marshall, saludada en Estados Unidos como una comedia excelente se llamará en España Paso de ti. En otra categoría se mueven filmes como la impronunciable Ogú y Mampato, aventuras en Rapanuí, la demoledora Satanás, la tópica El reino prohibido (también hay otra llamada ¡El secreto del reino perdido! que se estrena una semana después); aunque mis preferidas son El gurú del buen rollo, Zohan: licencia para peinar y ¡la segunda parte de Dos colgaos muy fumaos!

Hojeando el Book Review del New York Times me encuentro con que una veintena de escritores recomienda a los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos un puñado de lecturas necesarias, y la verdad es que los consejos destilan tanto humor como maldad. Así, Lorrie Moore le recomienda a Hillary Clinton, que cuando se realizó el reportaje aún estaba en campaña, nada menos que la shakesperiana Macbeth, por aquello de la ambición desmedida y sus funestas consecuencias; Junot Díaz apuesta por La Guerra Interminable, de Haldeman, para el belicoso McCain, El perro negro del destino, de Balakian, a Clinton y Ceremonia, de Marmon, a Obama, el "negro de corazón guerrero". John Edgar Wideman asigna El príncipe, de Maquiavelo, a Obama y El Principito, de Saint-Exupéry, a McCain. Lo mejor es que se dejan para el final al siempre acidísimo Gore Vidal, que les sugiere a los tres... dejar de leer el New York Times y pasarse al Financial Times...

Cinco años haciendo televisión es para un actor como un Doctorado en interpretación. Y Anabel Alonso se ha graduado cum laudem. ¡Qué papelazo el de esta actriz en Nunca estuviste tan adorable!, la obra de Javier Daulte a la que, dense prisa, le quedan tres días en el Valle Inclán para viajar a Barcelona. Domina la escena, los gestos, la voz... Acostumbrados a verla en la tele, Alonso deslumbra por su inesperado y alto vuelto. Lo dicho, una gran cómica.

Ante la crisis (en el caso del cine español perpetua), imaginación. Ayer me dejé caer por un bar del centro de Madrid para ver una iniciativa insólita, el estreno del tráiler de una película y de su making off. Como evento podría parecer raro, pero es que encima ¡la película no está hecha! El hasta la fecha cortometrajista Javier de la Torre y los actores Aída Folch y Asier Etxandía se han unido para hacer lo posible para que Pulsiones, así se llama el proyecto, vea algún día la luz. De momento, podía preverse un intenso thriller rodado en plan moderno. Y me cuentan que esto de hacer trailers y making offs previos será, en unos meses, práctica habitual del cine español.