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Opinión

Erotomanías

Por Juan Palomo

26 junio, 2008 02:00

Ken Follet, John Boyne, Henning Mankell y Chuck Palahniuk

"Qué diablos está pasando? El país de Melville, Twain y James ahora venera a King, Crichton, Grisham, Sebold [Alice] y Palahniuk. ¿Sus temas? El porno, el crimen, la cultura pop, y un interminable desfile de experiencias ultracorpóreas. ¿Métodos? Clichés, caricaturas y moralidad precristiana. ¿Símbolos? palomitas de maíz, cadáveres, crucifijos" Así comienza Lucy Ellman su reseña al último libro de Palahniuk, titulado precisamente Snuff. ¿Y en España qué?¿No les parece que lo mismo, cambiando quizá a los clásicos estadounidenses por Cervantes, Galdós o Baroja, podría decirse de tantos que hoy triunfan aquí? Y sí, me acuerdo de quienes ustedes saben, de RZ, de IF, incluso de JM, PR o RR.

Un erotómano de los libros como yo además de con su lectura goza con sus características físicas: su olor, su composición, su piel… He disfrutado por eso como un loco de la exposición de encuadernaciones artísticas del siglo pasado que puede visitarse todo el verano en la madrileña Fundación Lázaro Galdiano, y que les aconsejo. Originales de grandes artistas patrios, como Brugalla, Galván y Paumard, y foráneos, como Bonfils, Kieffer o Anthoine-Legrain, y diversidad lujuriosa de materiales, ilustraciones y técnicas. Una cita carnal y heterodoxa con el libro...

Me cuentan que Random House Mondadori tiene contentos a los responsables de más de una radio, por aquello del presunto maltrato y del agravio comparativo. Les cuento: como saben, el último fin de semana de la Feria del Libro la estrella fue Ken Follet. Todos querían entrevista con él, pero hubo cadenas de radio (una) que lo tuvieron en el estudio más de media hora, y otras (las demás) que sólo dispusieron de dos minutos a la carrera. Y algunos, que llevaban más de dos meses detrás de la entrevista de marras, aseguraron en directo que la próxima vez que la editorial necesitase de los medios, serían ellos quienes sólo les diesen dos minutos. Que la Prisa no es siempre buena consejera, amigos de Random...

Los problemas por los que atraviesa una meritoria distribuidora cinematográfica están provocando que se retrase el estreno en España de dos películas importantes, de esas que necesitamos. Por una parte, My Blueberry Nights, la película "americana" de Wang Kar Wai. Por la otra, I’m not There, de Todd Hughes, el atípico biopic de Bob Dylan que ha triunfado en todo el mundo. Ojalá se arregle todo cuanto antes.

El efecto tsunami de la Feria ha hecho que la mayoría de nuestros editores renuncien a publicar en julio con la esperanza de arrasar en septiembre. Así, sorprendidos aún por el éxito de El niño con el pijama de rayas, de John Boyne, y su más de un millón de ejemplares vendidos en castellano, los responsables de la editorial Salamandra ya tienen lista para el próximo otoño la siguiente novela del irlandés. Motín en la Bounty es su título, y en ella un pilluelo de catorce años narra lo ocurrido en el célebre barco pero desde una perspectiva muy distinta, pues el joven, ayuda de cámara del capitán Bligh, no simpatizará con Fletcher Christian (encarnado en distintos filmes por Marlon Brando y Mel Gibson). También en Espasa tienen grandes esperanzas con La cinta roja, con la que Carmen Posadas reivindica a Teresa Cabarrús, la "amante de asesinos y de emperadores" que cambió la Historia de Francia.

Déjenme darles otro consejo: aunque no soy ni de Inmigración ni de Sanidad, después del verano tengan cuidado con El Chino. Así se titula la última novela de Henning Mankell, que lanza Tusquets en noviembre y que es la más sangrienta de todas las del escritor sueco. Para empezar, aparecen asesinadas y salvajemente torturadas, incluso desmembradas, nada menos que dieciocho personas, que son casi todos los habitantes de un pequeño pueblo llamado Hesjüvallen. Al parecer, un supuesto loco ha ido casa por casa descuartizando al personal, pero, por aquello de levantar el ánimo, me adelantan que la realidad será mucho peor.

Me cuentan que la madrileña sala de conciertos Nasti, una de las más volcadas en la promoción de músicos independientes locales, pasa por dificultades por un problema con el Ayuntamiento. Su cierre sería un mazazo para los que no creen en los 40 principales...