Image: Hipocresías

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Opinión

Hipocresías

por Juan Palomo

27 noviembre, 2008 01:00

Francisco Umbral, Roberto Bolaño, Carmen Sevilla y P. Bogdanovich

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Allá donde esté, Roberto Bolaño debe de estar más que divertido; a fin de cuentas, él mismo escribió que no le importaba nada el triunfo, porque "en el campo de los triunfadores uno puede encontrar a los seres más miserables de la tierra y hasta allí yo no he llegado ni me veo con estómago para llegar". Pues bien, como saben arrasa póstumamente en los Estados Unidos, la estrella mediática Oprah Winfrey recomienda su lectura como obligatoria, y las editoriales pelean como hienas por sus derechos. Lo malo es que el éxito parece haber excitado la codicia de muchos vivos. Para empezar, su viuda ha prescindido del albacea testamentario escogido por el escritor, su amigo y crítico literario Ignacio Echevarría, y ha entregado la defensa de sus intereses al agente literario más temido del mundo, Andrew el chacal Wylie, y eso sí, pueden creerme, no le hubiese gustado en absoluto al autor de 2666.

Aunque en estas mismas páginas podrán leer la reseña del libro de Vargas Llosa sobre Onetti, no me resisto a recordar ahora una memorable carta enviada por el uruguayo a Octavio Paz, a cuenta del premio Cervantes obtenido en 1981por el mexicano. Resulta que tras el fallo, le fueron a Paz con el cuento de que Onetti, que era jurado, había luchado por la candidatura de Alberti hasta el final. El Nobel montó en cólera y Onetti le negó la mayor: "Cuando integré el jurado en el último Premio Cervantes supe de inmediato que ya te estaba adjudicado . [...] Ratifico, sí, que cuando los [periodistas] me rodearon y acribillaron con preguntas, les dije que mucho lamentaba tu actual inclinación hacia la derecha y tu saludo radial a un buey paranoico y esquizofrénico que se ha metido en una tienda de porcelana". Y para rematar la reconciliación, insistió en que "considero tu poesía admirable y tan emparejada con la de Borges pero, para mi pobre sentido crítico, como la otra, en exceso hermética y cerebral". ¿Sería capaz de resistir Paz tanto elogio...?

Me cuentan algunas compañías que el teatro de Parla (Madrid), de titularidad municipal, es un sitio "non grato" para trabajar. El Ayuntamiento no ha pagado a muchas de las compañías que ha contratado este año, alegando que todavía está liquidando a las que actuaron el año pasado. Si a Tomás Gómez no le importó dejar allí impagados de precaria economía, miedo me da pensar en cómo resolvería la crisis como presidente de la Comunidad de Madrid.

Será que vivimos en mundos literarios distintos, o que frecuentamos otras librerías, porque no alcanzo a comprender cómo el crítico y novelista Manuel Rico puede escribir que "aplaudimos a los estadounidenses que escriben sobre Vietnam y denostamos a los españoles que rememoran el franquismo. ¿Por qué resulta aquí tan difícil mirar sin orejeras? ¿Es olvido o ceguera? En todo caso es mentira. ¡Como si no se hubiesen publicado no decenas, cientos de novelas sobre la guerra, la posguerra y la transición! ¿O no tratan de la guerra civil Leyenda del César Visionario, de Francisco Umbral (1992), Soldados de Salamina, de Javier Cercas (2001); La lengua de las mariposas, de Manuel Rivas (1998); La voz dormida, de Dulce Chacón (2003); Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez (2005); El corazón helado, de Almudena Grandes (2007); Los años del miedo, de Juan Eslava Galan; La gloria de los niños, de Luis Mateo Díez (2008), y tantos otros?

Me encuentro en la segunda entrega de El director es la estrella, de Peter Bogdanovich, una jugosa anécdota sobre el rodaje en 1958 de Aventura para dos (o Spanish Affair), de Don Siegel. Además de no hacerse con la díscola Carmen Sevilla ("tuvimos que enseñarle inglés y se paraba donde no debía"), el director tuvo que sobornar al personal del Museo del Prado con 500 pesetas de las de entonces para poder entrar y rodar cerca de los cuadros: "Estaba aterrado porque si hubiéramos dañado alguno no habríamos salido vivos del museo".

¿Qué dirían ustedes si un cargo del Ministerio de Cultura pagara a la prensa -páginas de publicidad mediante- para ser entrevistado en sus páginas? Tufillo a caciquismo y prácticas pasadas, ¿o no?