Borja Ortiz de Gondra

Dice el tío Iñaki que una película no se puede llamar El infierno vasco porque eso es un oxímoron (la verdad, desde que su banco se ha puesto a subvencionar diccionarios, cada día me sorprende con una palabra nueva). Y que ya bastante cachondeo ha habido que aguantar desde que al chiflado de Baroja le dio por decir que el nombre del periódico "El pensamiento navarro" era otro oxímoron de tomo y lomo. Así que no piensa ir a ver un documental que documenta algo que no puede existir, aunque lo haya filmado un homónimo, Iñaki Arteta (ya ven cómo ha aprendido a manejarse con los palabros cultos). Será que a mí esto de estar todo el día metido entre actores (es decir, gente que crea por oficio otra realidad) me da un sexto sentido, porque yo sí que fui a verlo y me parece que lo que cuenta no sólo existe, sino que es dolorosamente real. Y no creo que en esa película haya lítotes, pero sí hipotiposis y, desgraciadamente, mucha epímone (¡chúpate esa, tío!). En fin, que les animo a verla y decidir por ustedes mismos. Si es que su ciudad es una de las siete afortunadas de todo el país en las que se proyecta…