Solito en la vida
Por Arcadi Espada
4 diciembre, 2009 01:00Arcadi Espada
Yo fui un culo di ferro. Yo aguantaba todo. Y entre lo que más que me gustó, fue aquel Pirandello en ruso que duró cinco horas. Hay que tener en cuenta que mi ruso es flojito y las sillas eran de comedor pobre. De pronto dejé de ir al teatro. Daba igual que se tratara de Chéjov, Shakespeare o Lope. Sólo representaban una obra: La subvención. El arte inútil. «Ayer se estrenó una obra, etc... ¿Por qué?»Pero he vuelto. El 1984 de Tim Robbins, y su prodigiosa segunda parte. La escenografía prueba que 1984 no es una novela, sino un largo y devastador poema. La otra noche, en el Canal. La maravilla del Piccolo sobre un montaje de Goldoni: Trilogia della villeggiatura. La dirige Toni Servillo, el gran Andreotti de Il divo y el triste y siniestro recaudador de Gomorra. Los dos primeros actos son pura levedad. La enseñanza, tan obvia y verdadera, de que grandísimos actores pueden levantar en el escenario cualquier estructura ausente. En el entreacto especulábamos sobre cómo Goldoni desharía el nudo, con qué apaños sutilísimos. Y de pronto, muy lentamente, la hosca certidumbre iba instalándose. La sonrisa se cerraba. Y el nudo no se deshacía. Al contrario: iba apretándose hasta la asfixia final. La trama, como la vida: en dos unidades. Qué noche.