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Opinión

Conformes con todo

18 diciembre, 2009 01:00

Al Pacino, G. Petre, Julio Medem y Elena Anaya

Por Juan Palomo
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Yo también creo, como Ignacio Echevarría, que en España no hay debate intelectual, que la mayor parte de los escritores de nuestro país andan, desde hace años ya, perezosos ante la disensión y acomodados en el ahí-me-las-den-todas. Muchos lo echamos de menos. Una cosa es que hayan desaparecido las ideologías y otra bien distinta es que nadie proponga en voz alta y con pensamiento articulado alternativas para salir de la mediocridad moral, cívica y política en la que nos encontramos. ¿Alguna discrepancia literaria? Tampoco. Todo el mundo conforme. Pero, ¿dónde están los escritores, los pensadores, esos creadores de mundos insatisfechos? ¿Qué dicen? Nada, no dicen nada porque no miran más allá de su ombligo y, a mucho tirar, sólo alcanzan a ver las listas de los libros más vendidos. ¿Hemos de conformarnos sólo con los titiriteros de la ceja? ¡Qué triste!

Ya se sabe: la cultura, en diciembre, es más lista que nunca. Las hay de todo pelaje y promoción: de mejores, de elegantes, premiados, debutantes o perdedores... El New York Times abre, un año más, el melón de los libros con sus diez mejores, pero la nuestra, la de El Cultural, está casi en el horno, y trae suculentas sorpresas. Mientras llega, hagan boca con los cinco mejores libros de ficción en EE.UU, que son Both ways is the only way I want it, de Maile Meloy; Chronic city, de Jonathan Lethem; A gate at the stairs, de Lorrie Moore; A half broke horse, de Jeannette Walls y A short history of women, de Kate Walbert . En ensayo, los cinco elegidos son The age of wonder, de Richard Holmes; The good soldiers, de David Finkel; Lit, a memoir, de Mary Karr; Lords of finance, de Liaquat Ahamed y Raymond Carver: A Writer’s Life, de Carol Sklenicka. Me cuentan, eso sí, que este año la puja de nuestros editores por estos libros está siendo más lenta y prudente que nunca, porque ya no se trata tanto de ganar a mansalva como de no perder.

Los galeristas se quejan de todo... lo normal en tiempos de vacas flacas. La última queja nace de la actitud de la subdirectora del Museo Reina Sofía, Lynne Cooke. Les tiene fritos. Que si no les visita, que si compran poco aquí y más por ahí fuera... Lo cierto es que no se deja ver por la galerías madrileñas y ese desapego, al que no están acostumbrados, les pone nerviosos. Yo no sé si compra o no compra, pero confío en que su interés por nuestro mercado del arte sea mayor que su interés por nuestro idioma.

No sé muy bien en qué se basan cuando dicen que los grandes cachés de los actores tienen sus días contados. Tiene que ver, parece, con las nuevas tecnologías y su decisiva influencia en la exhibición de cine. Adelantándose a lo que pueda venir, Al Pacino se prepara ya para participar, a sus 69 años y gratis et amore en una producción teatral de Shakespeare que se estrenará el próximo verano en Nueva York. Interpretará al viejo Shylock, de El mercader de Venecia.

Comenzó como director de culto (Vacas) y disfrutó después de un éxito masivo que ni él mismo esperaba (Los amantes del círculo polar, Lucía y el sexo) para terminar como personaje controvertido con La pelota vasca. Tras el fiasco de Caótica Ana, su nueva película, Habitación en Roma, con Elena Anaya, nada se sabe sobre su estreno. ¿Terminará Medem por convertirse en el director maldito del cine español? Muchos creíamos que se iba a convertir en el nuevo Amenábar.

P.D. ¿Concierto de Año Nuevo en Viena con Georges Pretre? Me entra sueño sólo de oírlo.