Juan Bonilla

Eso de que los derechos de autor no pueden estar por encima de la libertad de expresión (frase que ya he visto hasta en camisetas) me suena a la antigua discusión acerca de si los semáforos coartan o no la libertad de los conductores. Por supuesto, el fitipaldi de turno puede decir que un semáforo no es nadie para decirle a él que se pare, pero sería bastante estúpido ponerse a explicarle por qué razón debe detenerse si no quiere causar alguna desgracia o llevarse una multa. Meter la libertad de los fitipaldis de la red en estas discusiones les viene de perlas, quién lo duda, a quienes consideran que libertad significa fundamentalmente hacer lo que les sale de los cojones, como esos brillantes piratas que gracias a que cuelgan cosas que no les pertenecen y otros se bajan gratuitamente, se están haciendo de oro con la publicidad que ellos, por supuesto, sí que cobran. No mezclen los internautas (que por cierto, internautas somos todos) a la libertad de expresión en estas trifulcas. De lo único que se está hablando es de una cosa que viene en cualquier catecismo: robar está muy feo...