Image: Simios y apóstoles

Image: Simios y apóstoles

Opinión

Simios y apóstoles

por Juan Bonilla

2 abril, 2010 02:00

Juan Bonilla


Alguien debería hacer una historia de La Fura, esos simios que se volvieron apóstoles. Nada de hagiografía con mucha foto, sino un ensayo detallado de cómo se va degradando un ímpetu, cómo la mente revolucionaria va amoldándose a los requisitos de la autoridad que empieza a financiarla, cómo, en fin, quien asustaba y sobrecogía con sus obras radiantes se acaba dedicando a la fabricación de cromos. Lo último ha sido un Wagner acusado de pompier, o por españolizarlo de "porompompier". Parece la salida inevitable de quien agotó su ingenio y excusa ahora su cansina fantasía con mucho aparato y más luminotecnia para mantener encendida una marca. Ahí está la historia: de la marcha enfebrecida y fascinante de aquellos simios que actuaban en hangares y bodegas abandonados, reinventando el teatro, a la marca en la que se han convertido, reinventándose sólo a sí mismos. Sería una especie de elegía, supongo. Yo iba a esos lugares apocalípticos, y salía pensando que el teatro que hacían era más que teatro. Qué joven era, qué simio. Ahora sus escenografías porompompieras y apostólicas también son más que teatro: un negocio redondo. De lo hondo a lo redondo: esa es la historia.