Antoni Tàpies, Concha Velasco, Carlos Ruiz Zafón y Julia Navarro



No doy crédito con la Fundación Antoni Tàpies de Barcelona. ¿Dónde quedaron sus años dorados como museo de referencia? Indudablemente, lejos. Después de gastarse 8.200.000 euros (de las instituciones, claro) en remodelar el edificio y abrirlo de nuevo hace un año, vienen ahora con recortes laborales y despidos impetuosos. Por no hablar de la insulsa programación. Ya entiendo por qué Miquel Tàpies, hijo menor del pintor y director de la Fundación, dijera el otro día que prefería ir a una conferencia de Etienne Balibar, el filósofo marxista, antes que manifestarse contra los recortes en cultura. Es lo que tiene ser beneficiario de unos buenos derechos de autor.



Más protagonista que nunca. Yo lo que quiero es bailar dirá Concha Velasco en su próximo espectáculo, un musical sobre su propia vida que le está escribiendo José María Pou a su medida, jalonado de amores y triunfos profesionales. Una especie de biopic escénico. Pou, un hiperactivo de cuidado, piensa enlazar un estreno tras otro. Abrirá temporada en Madrid con una exitosa comedia de la americana Sara Ruhl: The vibrator place o In the Next Room. En el reparto, Maribel Verdú, Aitana Sánchez Gijón, Raúl Arévalo, Beatriz Santana y más.



Está visto: no hay libro ni autor bestsellero que se precie que no acabe regalando a sus lectores más especiales sus melodías favoritas en ediciones exclusivas. Comenzó Ruiz Zafón con la música que había escuchado o interpretado al piano mientras escribía La sombra del viento, en edición de coleccionista; ahora Plaza & Janés regala la de Dime quién soy, de Julia Navarro, con la peculiaridad de que prohibe su reproducción pero no indica el nombre de sus intérpretes (¿qué dirá la SGAE?), y Tusquets ofrece Amor y susurros, banda sonora de las novelas de John Conolly, con versiones de Nancy Sinatra, Emma Pollock, Shack... No sé si atreverme a escuchar este último CD, por si la sangre acaba salpicando las paredes, o los gritos asustan a los vecinos...



Hay que reconocerle a Javier Rebollo su capacidad para introducir el enigma en los títulos de sus películas. Ya está rodando en Argentina su tercer largometraje, bajo el título La muerte y ser feliz, que es la historia de un asesino a sueldo interpretado por José Sacristán, en su regreso a la gran pantalla después de varios años alejado de ella. Conocida la cinefilia de Rebollo, apuesto a que este drama noir estará más cerca de las películas de Jean-Pierre Melville y Seijun Suzuki que de las de Don Siegel. El rodaje terminará en mayo en Barcelona.



Últimas y buenísimas noticias del escritor Juan Gracia Armendáriz, tantos años atado a la maquina y felizmente trasplantado de riñón. "Me han quitado la sonda: he recuperado el placer de una interminable y gloriosa meada. Me encuentro muy bien tras una noche de sueño profundo y apacible. Por primera vez, sin pesadillas. Veo en el espejo un rostro que ya había olvidado". Qué alegría, Juan.