Image: The Hitch

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Opinión

The Hitch

Por Fernando Aramburu Lea la crítica del libro Hitch-22

24 junio, 2011 02:00

Fernando Aramburu


Hombres propensos a la desmesura con algo de campana mayor, cuando opinan (y no hacen otra cosa, sin tiempo ni calma para la reflexión) se entera toda la vecindad. Cada país, en cada época, desde que hay medios de comunicación, aguanta los suyos. Son extremosos en el hábito de pronunciarse a favor o en contra. No es insólito que la ley del columpio los haya llevado de la mucha izquierda a la mucha derecha. Desconocen el respeto. Opinan para tumbar, tumban con verba despiadada, y todo les vale (inexactitud, contradicción, ofensa, sarcasmo) con tal de ser admirados o aborrecidos. Algunos, como The Hitch, no conocen rival en el oficio de vencer a diario la indiferencia ajena. Hoy este incansable polemista, sentenciador por cuenta propia, es un producto cultural de América. Lleva años afirmando la inexistencia de Dios desde su columna-púlpito de Vanity Fair. Eso sí que es fe.