Arcadi Espada

La primera persona que descubrí afectando melancolía por "aquel internet" fue la psicóloga Judith Rich Harris, en una entrevista de Cristian Campos para aquel Factual. La extraordinaria señora Harris describía la conversación internáutica de hace una década como la etapa más feliz de su vida. La comprendí muy bien. También, y por los mismos motivos, yo fui muy feliz entonces. Como era previsible, pero no previmos, los bárbaros acabarían llegando. Hoy están ya instalados exhibiendo orgullosos su barbaridad. Ya solo en algunos foros específicos y de acceso limitado es técnicamente posible una conversación; pero la conversación abierta y generalista ha sido destruida. El rugido analfabeto y deforme de la masa ha ahogado el silabeo del individuo. Ésta es, también, la tesis principal de Jaron Lanier, autor de Contra el rebaño digital, cuya edición en castellano prepara Debate. El libro es importante. Nada que ver con las jeremiadas de Carr y su "inter- net nos ha vuelto estúpidos". Lanier sabe de lo que habla, no en vano fue uno de los 12 Apóstoles digitales, por así decirlo. No comparto el tono siempre ligeramente apocalíptico que profesa el arrepentido. Creo que acabaremos encontrando una estrategia para derrotar el totalitarismo de los bárbaros. Pero mi optimismo tiene una sombra. Y es la televisión, ese artefacto inmenso, completamente en manos hoy de la barbarie más zafia y altiva. Hay diferencias: internet no es solo un medio de comunicación. Aunque la principal es que internet se caracteriza por la interactividad. Es decir, mucho más grave todavía.