Marta Sanz



Vota. Me gusta. No me gusta. Ni fu ni fa. Más uno. ¿Quién debe salir de la casa? Si quieres que salga Jon, llama al... Trendingtopics. Las estrellas que encabezan las críticas. Elija el mejor gol. Bestsellers. Mil amigos en Facebook. El share.La noticias más visitadas: Shakira y Piqué en Jerusalén. Encuesta de calificación del docente: ¿pone ejemplos con las explicaciones? No. Sí. Pase misí, pase misá...



En la época de la destrucción de las Humanidades, uno se ve forzado a opinar de lo que ignora y la razón se deduce de la cuenta de la vieja. La opinión fluye a través de un resorte -el muñeco sale de la caja impulsado por un muelle, qué susto-, funciona por mímesis y es anterior a la acción de pensar. La suma de opiniones convertida en porcentajes mercadotecnia pura: no indaga sobre las carencias reales del mercado, sino que es un procedimiento a posteriori para mantenerlo cautivo y crear la necesidad de poseer. En este amasijo entre interactividad, tele-tienda y libertad; en este sentirse cargado de razón sin tener ninguna; en este retorno monstruoso de la doxa platónica, deberíamos procurar no caer en tentaciones elitistas: negar orteguianamente la razón físico-matemática, practicar la cursilería autoritaria de lo sentimental, pensar que la masa siempre se confunde y es temible, abogar por la cultura aristocrática y el voto censitario. Sobre esta cuerda tensa -se llama respeto- resulta difícil mantener el equilibrio, pero tenemos la obligación política de congelar la figura sobre el alambre.