Marta Sanz



Hoy recomiendo un libro de una de las pocas escritoras de nuestro país traducidas al inglés: Una habitación impropia (Caballo de Troya) de Natalia Carrero. En su presentación, Begoña Huertas dio en el clavo: el libro trata de producción y reproducción; de mujeres que necesitan salir de sí mismas para volver hacia dentro. Poseerse. Mujeres que aspiran a sanar de síndromes asistenciales, maternales, que les cierran el paso de la creación y la fantasía de una identidad completa. Todo resulta más difícil. Carrero dibuja mujeres que, como arañas, segregan hilos que las inmovilizan. El impulso vital -hilo bellísimo- destruye y la identidad autónoma es una alucinación: no se es sin los otros, que asfixian cuando están y también cuando se hacen fantasmas. Igual ocurre con la escritura: ese intento de ser, obje-tivándose en texto, hace daño.