Nik
Por Ignacio García MayVer todos los artículos de 'Portulanos'
16 diciembre, 2011 01:00Ignacio García May
O la que necesita: atrapado entre los mimos desmedidos de una madre perpetuamente atribulada y la incapacidad para el amor del resto de la familia, Nik deviene a un tiempo detective y víctima de su propio caso. Porque Münchhausen es, de algún modo extraño, un relato policial. Y una comedia negrísima. Y también una historia de aventuras. Nik cabalga su patín como los héroes de la mitología sus fieles alazanes. Además, y sobre todo, es el retrato severo, feroz, de toda una sociedad: la nuestra, triturada desde un extremo por el sentimentalismo más patético y desaforado, y desde el otro por un cinismo horripilante. También nosotros oímos un kik: el de la maquinaria insostenible de nuestro mundo feliz deteniéndose poco a poco, pieza a pieza. El texto de Lucía Vilanova es de una belleza deslumbrante, los actores están magníficos del primero al último y Salva Bolta ha dirigido la función con una precisión kubrickiana. Un espectáculo magistral en el Valle-Inclán de Madrid.