Image: Genio popular

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Opinión

Genio popular

Por Fernando Aramburu Lea la crítica de Dickens. El observador solitario

6 enero, 2012 01:00

Fernando Aramburu


De niño conoció el lado duro de la vida: la pobreza, las largas jornadas laborales, la vergüenza del padre encarcelado. Esas y otras adversidades lo marcaron para siempre. Con frecuencia hundió la pluma en el tintero de la compasión. Lázaro de Tormes habría encontrado compañeros de destino en su literatura. Para preservar sus escritos contra los riesgos trivializadores del sentimentalismo, gastó mucha tinta humorística. Fuera de Inglaterra no siempre se ha entendido que un genio hiciera buenas migas con la tradición. Frente a autores estrafalarios, escandalosos, provistos de aura maldita, él fue un currante disciplinado. El triunfo, de proporciones reservadas hoy a las estrellas del cine o de la música, no le quitó la pátina popular. Le debemos un elenco de figuras de ficción que pervive en la historia cultural de la especie. Destaca entre ellas una de naturaleza colectiva que es al mismo tiempo una ciudad: Londres.