Agustín Fernández Mallo



La Carroll / Fletcher Gallery, Londres, ha abierto una exposición de la pareja artística Eva y Franco Mattes, conocidos como, 01, en la que, además de albergar desquiciantes e inteligentes trabajos relacionados con net.art, se presenta la primera exposición de arte robado. Sustracciones en museos, llevadas a cabo por ellos mismos, de pequeños trozos de obras de Jeff Koons, Joseph Beuys o Marcel Duchamp, expuestas bajo el nombre de Stolen Pieces, encerradas en pequeñas cajas de metacrilato.



Tal clase de insólita operación cuestiona la idea de autoría constante en el tiempo [lo que equivale a decir la propiedad de una obra troceada], el sentido del fragmento [lo que equivale a decir del poema, en tanto siempre fragmento arrancado], o la legitimidad de la apropiación no consentida pero que cita las fuentes [lo que equivale a decir la honradez versus el plagio]. Pero lo que, a mi modo de ver, se cuestiona aquí en último extremo es la mirada, la exposición a algo antes nunca visto en tal contexto legitimador, el acto fundacional o la pregunta: ¿cuándo veo algo por primera vez, qué estoy viendo?



Me he acordado de cuando en Diario de un acercamiento el poeta Vicente Valero cuenta que ve una foto en la que su madre lo sostiene en brazos, están en una playa, es casi un bebé, sus ojos miran al mar, la primera vez que ve el mar, y se pregunta, "Mis ojos de entonces, cuando miran el mar, ¿qué ven? "Hay en tal tipo de preguntas una inocencia sin la que resulta imposible avanzar.