Image: ¿España árida?

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Opinión

¿España árida?

Por Juan PalomoParticipe en el blog de Juan Palomo

22 junio, 2012 02:00

Almudena Grandes, Carlos Marzal, Ernesto Caballero y Alonso de Santos


Me cuentan que ya se está cociendo, a toda prisa, el próximo premio Planeta y que la nueva relación del megasello con Tusquets no será ajena a la intriga. No cuenten con Almudena Grandes, siempre fiel sus colores (editoriales , sentimentales, y demás), ni con Aramburu ni con Carlos Marzal, pero no descarten a nadie más, sobre todo a los nombres más señeros, que quizá se hayan dejado tentar, con todo el derecho del mundo, por otro lado. Les tendré informados.

Que una obra de José Luis Alonso de Santos inaugure en septiembre la próxima temporada del CDN, la primera que diseña su director Ernesto Caballero, es un gran signo. Lo es porque Caballero ha realizado una programación que rompe con la de Gerardo Vera en el sentido de apostar claramente por el autor contemporáneo patrio. Alonso de Santos es el dramaturgo vivo más popular de nuestro país y un teórico e investigador que ha influido decisivamente en generaciones de autores posteriores, entroncando además con la mejor tradición de la comedia española de Muñoz Seca y Jardiel. Los conserjes de San Felipe Neri es una de sus últimas piezas, un homenaje a su Cádiz querido, escrita para ser representada allí con motivo de los fastos de 1808, cosa que la Junta de Andalucía no consintió. Así que muy bien que se estrene en Madrid, dirigida, además, por Hernán Gené.

La otra tarde se inauguró en el barrio de Lavapiés de Madrid el Museo de Artes y Tradiciones Populares, instalado en una corrala bellamente rehabilitada. La plana mayor de la Universidad autónoma madrileña (que acogía hasta ahora las seis mil piezas del museo) se felicitaban en el estrado, "por haber logrado este sueño" y agradecían a los que habían trabajado para hacerlo realidad. Enfrente, en el patio de butacas, tenían a Guadalupe González-Hontoria, a la que ni nombraron. Doctora en Historia, Guadalupe ha dedicado su vida y su patrimonio a recorrer España de punta a cabo y comprar las piezas de arte popular y etnografía que utilizaban los españoles en el pasado, hoy prácticamente desaparecidas. Durante 60 años, las fue coleccionando con talento y pasión, y con dinero, claro. El suyo. La colección crecía y, ya importante, la regaló íntegra, sin obtener nada a cambio, a la universidad en la que ha enseñado durante casi 40 años. Su tesón incombustible logró que el Ayuntamiento de Madrid cediera una corrala para albergarla, la rehabilitara, y el día de su inauguración los ufanos rectores y vicerectores de la UAM se olvidan, ay, del pequeño detalle de quién lo donó todo. Sí, la España árida y desagradecida se adueñó la otra tarde de la corrala de Carlos Arniches. Nos quejamos de que no tenemos en España altruistas... y luego se lo pagamos así.

Yo confío en que no haya escritor o periodista de fuste que escriba sus blogs gratuitamente en una web que es la imagen del capitalismo más odioso. Los políticos, dicen, lo hacen porque buscan visibilidad (?). Claro, como a los políticos ya les pagamos nosotros... (¿para eso?).