Image: Lamerse las heridas

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Opinión

Lamerse las heridas

Por Fernando AramburuLea la crítica de Modesta España

22 junio, 2012 02:00

Fernando Aramburu


Hemos festejado y hay resaca. Es la hora, dicen, de la modestia. Toca afrontar la mirada adusta de las generaciones venideras, condenadas a sufrir las consecuencias de nuestro despilfarro de dos décadas. Resulta que España, cuando corría el euro, estaba sumida en el hedonismo, como si el placer hubiera sido una acción programada, previa a sus estímulos. La crisis hace sonar viejas cajas de música: España como objeto de meditación, como problema. Establece Enric Juliana una disimilitud entre modestia y humildad, favorable a la primera, que no comparto. Creo moralmente superior a la segunda, en todos los casos una opción voluntaria del sujeto ejerciente. La modestia, a menudo, viene impuesta por la evidencia de la propia pequeñez, pero es frágil para protegernos de la altanería ante tamaños menores (Uganda, Grecia y tal). ¿Y si pagáramos la factura legando a nuestros endeudados descendientes un sistema escolar de calidad?