Image: Ridruejo perdurable

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Opinión

Ridruejo perdurable

Por Fernando Aramburu- Lea la crítica de Cartas íntimas desde el exilio

29 junio, 2012 02:00

Fernando Aramburu


Su caso no abunda. Un intelectual español reniega de sus apriorismos, que lo ayudaron a medrar de joven, y con sinceridad y sosiego ejerce en público la autocrítica. Pudo vivir holgadamente con las comodidades que le habría procurado su adhesión al régimen de quienes habían ganado la guerra; pero optó por un maridaje de pensamiento político y ética cuyo cumplimiento en la historia pasaba por la reconciliación y la democracia. A sus páginas testimoniales asoma ese atributo que, a falta de nombre más preciso, llamaremos integridad moral. Profesó sin desmayo la libertad íntima y la independencia práctica, atajos entonces para ir a la cárcel o el exilio. Cinceló sonetos de rigurosa frialdad, él que fue un grandísimo y emocionado poeta en prosa. Cuanto más averiguamos de su intimidad, mayor tamaño alcanza su talla humana. Para haber perdido la historia de la literatura, como afirman algunos, escribía rematadamente bien.