M. Giralt Torrente, Bermúdez de Casro, Antonio Luque y M. Borja-Villel

Marcos Giralt Torrente: Podemos crear una burbuja de deconstrucción y pasarnos los próximos 10 años demoliendo los horrores del boom inmobiliario.
José María Bermúdez de Castro: La educación, la sanidad y la ciencia deberían salvarse de los recortes. Podemos esperar para construir una carretera o una línea de ferrocarril pero no para la formación de niños y jóvenes.
José Ovejero: Tenemos que apostar por el libro electrónico, que puede permitir reducir el precio y con ello quizá aumentar la demanda.
Antonio Luque (Sr. Chinarro): Comienza una guerra de guerrillas. Berlanga y Azcona hicieron las mejores películas españolas aun con censura. Solo espero que los alumnos del gallego no superen al maestro. Oremos.
José Luis Sampedro: La crisis pasará, por supuesto, pero lo hará a costa del sufrimiento de todos nosotros.
Juan Manuel de Prada: Habría que recuperar aquella idea de los hombres-libro de Ray Bradbury, o tal vez el mester de juglaría, en el que el escritor recite su obra, y obtenga de su público... la voluntad. Pero, ¿queda alguna voluntad en nuestro público?
Almudena Grandes: Hay que tener esperanza. Sobre esta crisis se escribirán magníficas novelas. Félix de Azúa: Si un movimiento quiere enfrentar esta guerra con éxito necesita dirigentes, estudio, planificación y programa.
Isaac Rosa: La crisis es el estado ideal para la creación. Pero la puertecita que nos abre la novela es un refugio. Y no son refugios lo que necesitamos.
Javier Moro:En lugar de amargarse en la cola del Inem y dejar que pase la vida, hagan su petate y váyanse. Es bueno cambiar de país, viajar, vivir en otra sociedad. Y si sale mal, no pasa nada.
Fernando Savater: No nos engañemos: los seres humanos son lo que son. Ha habido incluso Guerras Mundiales y los seres humanos no han salido mejor de ellas. No nos vamos a regenerar por una crisis. Lo que sí podemos hacer es cambiar las legislaciones o poner una vigilancia más efectiva en el sistema.
Manuel Borja-Villel: La crisis actual ha puesto de manifiesto la vacuidad de la cultura del evento y la necesidad de proteger e impulsar aquello que realmente genera valor social, superando la falsa dicotomía establecida entre la cultura de elite y la popular.
Mortier: El IVA tendría que de desaparecer de las entradas de ópera, donde prima la espiritualidad de la experiencia musical por encima de la banalización del espectáculo como producto.
El Brujo: No deberían gravarse el precio de las entradas porque la gente, aunque ya no tiene tiempo de leer la Ilíada, intuye que el teatro contiene la solución a sus preocupaciones cotidianas. Gabino Diego: Será un desastre para la cultura, especialmente para el teatro, que siempre ha servido de denuncia a la sociedad.