Image: Vendavales de cambio

Image: Vendavales de cambio

Opinión

Vendavales de cambio

Por Juan PalomoParticipe en el blog de Juan Palomo

14 septiembre, 2012 02:00

Arturo pérez Reverte, Pedro Almodóvar, Gerard Mortier y Lucrecia Martel


A Mondadori le pareció excesivo el precio que los popes de Prisa ponían a Santillana (con todas sus editoriales), y la operación de compraventa se relajó. Pero vive Dios -me aseguran- que la cosa está en marcha. Sí, Santillana está en venta y Mondadori quiere comprarla. La concentración se concentra, que diría Jorge Herralde. El hasta ahora director general de Santillana, Fernando Estévez, ya se ha marchado a México y dentro de la casa hay, no rumores, vendavales de cambio. Y mucha pena.

Penúltima hora de la novela de Pérez-Reverte: al final, El tango de la Guardia Vieja (Alfaguara) aparece el 21 de noviembre, pero como el autor nos tiene informados en novelaenconstrucción.com casi al minuto, sabemos que hace 10 días estaba revisando ya las pruebas y que un amigo le había ayudado a corregir un error: ‘En 1966 todavía no había sido compuesta Europa, de Santana. Así que es imposible que una orquesta la estuviera tocando en la terraza de un hotel de Sorrento'. No puedes menos que darle la razón, maldiciéndote por tu torpeza". Y reconoce otros deslices, como el cometido en El húsar al describir el paisaje de Aranjuez y mencionar eucaliptos: "Una vez publicado el libro -confiesa en el blog- recibiste carta de un lector, informándote de que la escena transcurría en 1808 y los eucaliptos no llegaron a España de Australia y Tasmania hasta 1865".

Ya apadrinó sus películas La niña santa y La mujer rubia. La fascinación de Almodóvar por el cine de la argentina Lucrecia Martel, después de su frustrado intento de adaptar El eternauta, se materializará en otro largometraje producido por El Deseo. Con el título Zama, será la adaptación de la novela homónima de Antonio di Benedetto, que se rodará en julio de 2013.

Ya se sabe que la situación crítica que vive el país es una excusa perfecta para eliminar todo aquello que se considere "prescindible" según qué criterios. Y lo digo porque Mortier pretende desposeer a los Amigos de la Opera de la sala Gayarre, donde llevan 14 años impartiendo conferencias. Es un golpe para esta asociación filantrópica, que organiza y sufraga los gastos de este programa.