Image: Intrahistoria de librerías

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Opinión

Intrahistoria de librerías

Por Agustín Fernández MalloVer todos los artículos de 'Ctrl+Alt+Supr'

20 septiembre, 2013 02:00

Agustín Fernández Mallo

Como los lectores ya habrán leído en esta misma revista, se ha editado, Librerías, finalista del Premio Anagrama de Ensayo, de Jorge Carrión, quien en un personalísimo proyecto lleva años visitando librerías de todo el planeta; levanta acta de sus singularidades. Resulta alucinante la intrahistoria que albergan esos espacios que algunos empiezan a considerar ya simples bodegas de libros. Jorge Carrión nos muestra que no sólo esos objetos llamados libros tienen su propio pasado material -pensemos en el reciente incidente de Códice de la Catedral de Santiago-, sino que las librerías son en sí mismas también un gran libro que tiende lazos hacia los movimientos sociales, la política o la estética. De manera superamena, y con multitud de ejemplos, nos cuenta cómo determinadas librerías fueron conformándose en espacios de construcción de lo que hoy llamamos libertad, en entes de cohesión social, en artífices de la modernidad, en piezas clave para el turismo de masas, o su relación con bibliotecas y con lectores cultos o en vías de formación, y sobre todo, por qué son lugares tan frágiles, tan inestables; tras leer Librerías mi idea es clara: porque son espacios en los que de manera muy aguda se da la complejidad, son un cuerpo vivo. Colonnes en Tánger, Strand en NY, City Lights en San Francisco, Laie en Barcelona, Antonio Machado en Madrid, Lello en Oporto, Virrey en Lima, Bertrand en Lisboa, FCE en Ciudad de México, The Book Lounge en Ciudad del Cabo, todas ellas y más ha visitado. A través de la relación de diversos autores -Cortázar, Joyce, Walser, Chatwin, etc-, con las librerías, Carrión traza una brillante y lateral historia de la literatura.