Image: El otoño de las rosas

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Opinión

El otoño de las rosas

Por Juan Palomo Participe en el blog de Juan Palomo

27 septiembre, 2013 02:00

Antonio Gamoneda, Ángeles González Sinde, Francisco Brines y Blanca Andreu

La revista "Quimera" publica el mes que viene "sus" diez mejores libros de poesía española de los últimos 35 años, y me malicio que provocará polémica, especialmente por las ausencias. Estos son, y por este orden, los agraciados: Libro del frío, de Antonio Gamoneda; Cuaderno de Nueva York, de José Hierro y Casi una leyenda, de Claudio Rodríguez son los tres primeros títulos seleccionados por los poetas consultados, en una lista en la que aparece, en cuatro lugar, otro libro de Gamoneda, Descripción de la mentira, el 5° y 6° lo ocupan dos de Valente, No amanece el cantor y Fragmentos de un libro futuro. En séptimo lugar el libro con el que se dio a conocer Blanca Andreu, De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall. Después, Brines con El otoño de las rosas; en el noveno puesto Juan Carlos Mestre y La tumba de Keats, y García Valdés con Y todos estábamos vivos.

La cartelera teatral parece alimentarse ya de los éxitos procedentes de los rincones más reducidos de la escena. Es el caso de La llamada, el musical de Javier Calvo y Javier Ambrossi que fue un auténtico bombazo en el Off del Teatro Lara y que ahora salta a su escenario principal. Por cierto, que a otro musical procedente también de un escenario más pequeño como es el de la Sala Tribueñe, Por los ojos de Raquel Meyer, no parece que le haya sentado muy bien el nuevo traje (más recargado) hecho para el Reina Victoria, aunque conserve la emoción y el perfume nostálgico de sus humildes orígenes.

De Viena, de París, de Nueva York... van llegando silenciosos los personajes que reinarán este otoño en el Museo del Prado. Sí, son los velázquez que, de aquí y allá, y algunos por vez primera en España desde que fueron pintados, formarán parte de la exposición -exquisita, pequeña, imprescindible- que el 7 de octubre inaugurará el museo con todos los honores. Avisados quedan.

Si la llamada Ley Sinde que permitía cerrar las webs de enlaces a contenidos protegidos provocó en su día una auténtica batalla campal en la red, qué no ocurrirá ahora si llega a buen puerto el nuevo código penal en trances de tramitación. Su articulado penaliza con hasta seis años de cárcel a los administradores de las citadas webs. Yo, que defiendo la propiedad intelectual, diría, como Ortega, "no es esto".