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Opinión

Sed de ser

Por Arcadi Espada Ver todos los artículos de 'Solito en la vida'

25 octubre, 2013 02:00

Arcadi Espada

Richard Dawkins acaba de publicar sus memorias, An Appetite for Wonder, que se podría traducir como Sed de saber. Su mujer le sugirió que parafraseara las de Tolstoi y las titulara Infancia, adolescencia, verdad, pero siempre es mejor recurrir a una frase, hecha para lo que no estaba previsto. Sed de saber traza una línea perfecta. Los hombres pueden dividirse de muchos modos: por su sexo, por su origen o su clase social. Pero hay una división más radical. Hay hombres que quieren saber y otros que no. Hablo de un saber general, que incluye pero rebasa el saber de las bibliotecas y los laboratorios y se proyecta al conjunto de la experiencia. De un ansia que no decae con el tiempo. Hay hombres que al llegar a la edad bajan los brazos rendidos: ya saben todo lo que podían llegar a saber. Dawkins, duro setentón, es un bright al que solo rendirá, y ya veremos, la última hora. Tengo un gran interés en leer sus memorias. El otro día escribió un triste tuit sobre la recepción de la obra practicada por los caníbales: "Cuando no encuentran nada que criticar en la autobiografía se quejan de quién es el autor". Y eso lo escribe nuestro hombre en la circunspecta sociedad anglosajona, donde el argumento ad hominem no goza del prestigio latino. Dawkins es un impresionante escritor que ha afrontado el gran reto literario de nuestro tiempo: la descripción de la aventura científica. No porque el objeto de estudio sea abstracto y complejo. La vida es abstracta y compleja y los novelistas la han abrazado sin timideces. El reto principal de la escritura científica es la falta de tradición. La joven ciencia no lleva siglos sedimentando sus lenguajes, afilando sus herramientas expresivas. No es el Derecho, no es el Arte, no es la Poesía. Pero es hoy la que manda y debe explicarse.